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Celebrando el Día Mundial de la Salud Mental
Hoy, 10 de octubre, se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental a nivel mundial. Como psiquiatra, persona neurodivergente y madre de un niño neurodivergente, este día lo celebro recordando lo urgente que es cambiar el modelo de atención psiquiátrica en México.
Debemos aceptar la realidad de que nuestro país enfrenta desafíos importantísimos en el acceso a los servicios de salud mental. El 28.6% de los mexicanos han experimentado algún trastorno mental a lo largo de su vida —los más comunes siendo la depresión, la ansiedad y el abuso de sustancias— y tan solo el 15% de las personas con un trastorno mental reciben el tratamiento adecuado. ¿En qué situación estamos dejando al 85% restante? Teniendo esto en cuenta, unido a las secuelas en salud mental que dejó la pandemia, no es de extrañar que la tasa de suicidios en México ha mostrado un aumento en los últimos años, especialmente entre jóvenes.
En el contexto de este día, ¿por qué no voltear a ver cómo la salud mental afecta nuestro ambiente laboral? De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada año se pierden 12 mil millones de días de trabajo debido a condiciones relacionadas con la depresión y ansiedad, a un costo de aproximadamente mil millones de dólares por año, en pérdida de productividad.
Las condiciones laborales se convierten en un riesgo para la salud mental cuando están relacionadas con condiciones físicas adversas o propician una interacción negativa entre las personas, por ejemplo: condiciones inseguras para el desempeño de las actividades, estrés generado por cargas de trabajo excesivas u horarios extremadamente prolongados, o cuando tienen una cultura organizacional que tolera los comportamientos negativos como la violencia, el hostigamiento, acoso, discriminación o exclusión, entre otros.
Desde el punto de vista de la Psiquiatría Integrativa, el trabajo nos brinda a las personas un propósito y un sentido de logro que va más allá de ser solamente un medio para ganarse la vida, ya que, además, ayuda a la construcción de relaciones positivas y a desarrollar una estructura que favorece la formación de hábitos y comportamientos, como elementos que contribuyen a la salud integral.
El cuidado de la salud mental contribuye, además, al aumento en la productividad, a generar entornos más propicios para el desempeño y al mejor aprovechamiento de los recursos institucionales que se destinan al cuidado de la salud. Por lo anterior, es necesario que ayudemos al desarrollo de culturas laborales donde los trabajadores puedan desempeñarse de forma positiva, tanto en sus actividades cotidianas, como en las relaciones que generan.
Curiosamente, justo hoy di el banderazo de salida a un nuevo proyecto, un libro que he traído en mente durante mucho tiempo, en el que contaré a través de mi historia —como paciente, médico y mamá— lo que es la Psiquiatría Integrativa. Será un libro que buscará educar de forma ligera, fresca y divertida sobre una nueva manera de concebir y fomentar la salud mental basándose en cuatro pilares fundamentales: espiritualidad, mente, cuerpo y estilo de vida. ¿Qué mejor día que hoy para empezar esta aventura? Ya les estaré contando mis avances en este proyecto.
Hasta la próxima.