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Ciudadanía digital
Una semana antes de asumir como alcalde de Tijuana, el morenista Ismael Burgüeño cumplió con una intensa gira por la Ciudad de México. Aunque esta vez no traía agenda con funcionarios hacendarios ni con parlamentarios. La Federación –gracias a las gestiones de la gobernadora, Marina del Pilar— será generosa con Baja California, pero aquella mega urbe fronteriza tenía que atender urgentemente una petición superior.
Burgüeño –exlíder estatal de Morena y excoordinador de los programas federales— había sido testigo del trabajo eficiente de los servidores de la Nación. Ahora, la administración de Claudia Sheinbaum preparaba un plan nacional para eficientizar, a través de las mejoras regulatorias y del uso de la tecnología, la obtención de las CURP, las actas de los migrantes internos y los certificados, para los migrantes de otras nacionales.
En aquella ciudad fronteriza, diariamente se tramitan 2,500 actas de nacimiento y el trámite inicia con la presentación de la CURP certificada. Una semana antes de asumir su cargo, Burgüeño —quien hace cinco años fue delegado de SRE en Tijuana y tiene información sobre la problemática— se entrevistó con el titular de la Agencia de Transformación Digital, José Merino, y conoció de primera mano el plan para todas a todas las personas que radican en México —nacionales y extranjeros— de una Identidad Digital Nacional.
El éxito de esta nueva política pública depende de la modernización del Servicio Nacional de Identificación Personal, que depende de la Secretaría de Gobernación y que pronto pasará a manos de la Agencia, que también asumirá el control de la secretaría técnica del Consejo Nacional de Población.
Podría suponerse que este ajuste es mérito de José Merino y su equipo, pero lo cierto es que el mecanismo se activó hace seis meses, con la autorización del Manual de Operación del Sistema Nacional de Identificación Personal.
Entonces, Segob solicitó a la Conamer acortar los datos de la consulta pública. “Si bien el gobierno de México ha avanzado en la consolidación y certeza de la población a través del trabajo coordinado entre la Dirección General del Registro Nacional de Población y los 32 Registros Civiles del país”, argumentó, “esto no es suficiente para tener garantizado el derecho a la identidad de la población, toda vez que es necesario e imprescindible contar con los datos de información biométrica que permitan identificar a una persona de manera indubitable, con aquellas características físicas que la hace única e irrepetible como lo es la fotografía del rostro, las huelas dactilares, la imagen de los iris y la firma de cada persona”.
La implementación del SNIP supone un ahorro al gobierno de más de 28,000 millones de pesos… y que el Registro Nacional Electoral pase a segundo término. En los escenarios para el enrolamiento y la integración del procesos, el INE ya contempló qué ocurrirá cuando Segob —a través de la Agencia para la Transformación Digital— conforme su base de datos nacional biométrica: para actualizar la lista nominal de electores deberá consultar al SNIP de Renapo con la CURP y la huella del ciudadano. ¿Y la credencial para votar se convertirá en la cédula de identidad ciudadana? Ya no.
Ahora existirá un mecanismo único de autenticación digital basado en la Clave Única de Registro Nacional de Población con la protección de datos personales. Esa tarea y la integración del Servicio Nacional de Identificación Personal quedarán a cargo de la Agencia de Transformación Digital, en colaboración con la Secretaría de Gobernación.
Y también será responsable de la gestión de bases de datos que permitan interoperar los sistemas nacionales y de la administración pública federal con el Registro Nacional de Población, en coordinación con la Secretaría de Gobernación.