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Opinión

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El cuarto jinete del Apocalipsis con Trump

@campossuarez

@campossuarez

Aun antes de llegar a La Casa Blanca, Donald Trump ya nos mostró lo que podemos esperar en México y en el mundo durante los próximos cuatro años. 

La amenaza de aplicar aranceles a las exportaciones mexicanas si no se detiene el tráfico de fentanilo y el flujo de migrantes ilegales dejó ver en un solo episodio tres de los asuntos que dominarán la agenda bilateral.

Evidentemente que la amenaza del republicano llegó por la parte comercial, la más sensible en la relación bilateral, por la dependencia que México ha desarrollado, tanto por la venta de mercancías como por la masiva importación de productos de origen estadounidense.

Aplicar aranceles a México, y responder en los mismos términos como reviró el gobierno de nuestro país, implicaría caer en una recesión, en una debacle cambiaria y en una crisis financiera de dimensiones incalculables.

Seguro vendrán más amenazas al comercio exterior cuando Donald Trump realmente se quiera meter en esos terrenos, por ahora, sólo usó el arma comercial para presionar en otros dos temas cruciales de la relación bilateral.

El narcotráfico, que deriva del poder impune que tienen los grupos del crimen organizado en todo el territorio mexicano, pero también del consumo descontrolado que existe en buena parte de aquel país.

Antes que combatir el consumo, Donald Trump podría asumir, de forma autoritaria y unilateral, el combate de los grupos delincuenciales en México desde un mando militar estadounidense.

La inmigración ilegal a Estados Unidos es un tema que Trump ha hecho crecer con fines políticos, ciertamente ese cruce ilegal pesa en la economía, pero el verdadero problema radica en que los seguidores de Trump esperan una reacción radical que va a generar problemas serios del lado mexicano.

Pero hay un cuarto jinete del Apocalipsis que augura esta nueva era Trump, uno que merece un seguimiento puntual y un anticipo a sus consecuencias financieras.

Donald Trump va a meter a Estados Unidos en una crisis fiscal.

El déficit presupuestal de Estados Unidos se duplicó hasta los dos billones de dólares, esto ya representa 7.5% del Producto Interno Bruto (PIB) y la deuda pública se elevó hasta 121% de PIB.

La propuesta electoral de Donald Trump no es iniciar una corrección fiscal, como sí fue la propuesta de la hoy presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, al contrario, el republicano prometió endeudar más a su país y de forma descomunal.

Entre los recortes de impuestos empresariales y lo inflacionario de sus eventuales tarifas comerciales, habrá una presión monstruosa, que no tendrá ningún filtro en el Congreso que Trump controla.

El gobierno estadounidense empezará a emitir Bonos del Tesoro que, por supuesto que tienen gran aceptación, pero que también habrán de presionar las tasas de interés.

Con un peligro real, adicional, las firmas calificadoras tienen en la mira la calificación crediticia de la deuda soberana estadounidense.

Standard and Poor’s se atrevió desde la crisis subprime a bajar la nota perfecta de esa deuda, así le fue, pero lo hizo.

Fitch Ratings la ve perfecta en “AAA”, pero Moody’s puso su nota “Aaa” con perspectiva Negativa desde Estable desde hace un año.

Las implicaciones globales de una degradación crediticia allá podrían ser graves acá.

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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