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La Cultura de la Paz, Ucrania
A Ucrania
El mundo fue testigo de la invasión militar rusa a Ucrania iniciada hace tres años, el 24 de febrero de 2022, y de los crímenes de guerra que se han cometido contra sus habitantes. La crisis comenzó desde 2014 cuando Rusia se apoderó de la península de Crimea y años después aumentó tras las protestas de índole europeísta, independentista y nacionalista, provocadas por la decisión del entonces presidente ucraniano de suspender el Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Ucrania y fortalecer sus lazos con Rusia
Hoy el mundo se enfrenta al mayor conflicto militar en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Las negociaciones para alcanzar un alto al fuego que impulsa el presidente norteamericano con su homólogo ruso, en las que se ha dejado fuera a Ucrania y a Europa, se parecen a las gestiones realizadas por el primer ministro inglés ante la Alemania nazi antes de la invasión a Checoslovaquia, que de nada sirvieron, y en las que no se tomó en cuenta al país afectado: Checoslovaquia. Se repite el mismo error.
En la sede de Naciones Unidas se confirmó el debilitamiento de la alianza transatlántica que ocurre desde el inicio del gobierno de Trump a partir del dramático giro a la política exterior de Estados Unidos, situación que dificulta una negociación asistida. La semana pasada, en los pasillos de la Asamblea General y en el Consejo de Seguridad, Estados Unidos trabajó contra sus aliados más cercanos y se puso del lado de Rusia, Bielorrusia y Corea del Norte para que se aprobara la resolución que redactara sobre la invasión rusa a Ucrania para terminar el conflicto, en la que se omitió señalar a Rusia como invasor, así como una retirada de las tropas rusas.
Acto siguiente ocurrió un lamentable e insólito espectáculo entre Trump y Zelensky en la Casa Blanca, como una muestra de prepotencia del mandatario anfitrión y de su vicepresidente contra el mandatario visitante, que ha dejado a Ucrania en un pésimo escenario. Se sabe que la invitación al jefe de Estado ucraniano a la Casa Blanca era para suscribir un acuerdo que autorizaría a Estados Unidos a explotar los minerales valiosos que tiene Ucrania. Se trataba de cobrarle a los ucranianos el apoyo que Washington ha otorgado a Kiev desde la invasión rusa de 2022 sin que la guerra haya terminado. Cuando Rusia invadió Ucrania hace tres años, su socio y aliado más poderoso era Estados Unidos, ahora le ha puesto una pausa a su apoyo.
Ante los medios de comunicación presentes, incluida la agencia rusa de noticias TASS, en ese bochornoso evento el presidente y el vicepresidente de Estados Unidos acorralaron al mandatario ucraniano y le reclamaron reiterada y altaneramente que no diera las gracias por el apoyo que le han brindado durante la guerra. Se trató de una humillante reprimenda pública al líder ucraniano a quien echaron de la Casa Blanca, también se cancelaron la comida y conferencia que se tenían programadas.
Esta situación causó alarma en Europa y en el mundo, excepto en Rusia, donde su presidente se frota las manos ante el apoyo del presidente norteamericano. El mandatario de Estados Unidos ignora a Ucrania y a sus aliados europeos quienes le han pedido reiteradamente que se ofrezcan garantías de seguridad para una tregua que garanticen que habría consecuencias ante su rompimiento por cualquiera de las partes. Un alto al fuego sin garantías aumentaría el riesgo de que Rusia pretenda invadir otros países europeos.
Evidentemente el mandatario de Estados Unidos confía en que el de Rusia cumplirá su palabra, lo que puede ser un exceso de credibilidad que fortalecen al ruso.
El inaudito evento en Washington provocó una rápida oleada de reacciones en todo el mundo, con Moscú aplaudiendo y las potencias occidentales reafirmando su respaldo a Ucrania.
Entre los líderes que expresaron su apoyo a Ucrania están los de Alemania, Australia, Canadá, Dinamarca, España, Francia, Italia, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia, Reino Unido y Suecia. Por su parte, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea declaró que “ha quedado claro que el mundo libre necesita un nuevo líder. Depende de nosotros, los europeos, aceptar este reto” y la presidenta de la Comisión Europea expresó su apoyo incondicional a Ucrania.
El pasado domingo 2 de marzo, dos días después del lamentable encuentro con el presidente estadounidense en la Casa Blanca, se celebró en Londres una cumbre de países aliados de Ucrania en la que participó su presidente, quien fue recibido calurosamente por los otros 18 participantes en la reunión, entre los que se encontraron la presidenta de la Comisión Europea, el presidente del Consejo Europeo y el secretario general de la OTAN. Los líderes europeos que se reunieron en Londres le ofrecieron al presidente de Ucrania y a su pueblo su apoyo durante el tiempo que sea necesario, pues la situación en Ucrania ha puesto la seguridad de Europa en un momento único y por ello consideran vital alcanzar un buen resultado. Se trata de impulsar la acción europea para alcanzar una paz justa y duradera en Ucrania. En primer término, se trabajará para detener los combates, y luego se abordará el asunto con Estados Unidos para llevarlo adelante juntos. También se dio a conocer que un número de países han mostrado su disposición a unirse a la “coalición de voluntarios” que impulsa el Reino Unido para preservar la paz en Ucrania si se llega a un acuerdo para un alto al fuego.
La presidenta de la Comisión Europea subrayó la necesidad de dar un impulso a la defensa lo que implicará un aumento enorme al gasto en defensa a partir de un plan claro y amplio de la Unión Europea, al tiempo que se reconoció que mientras Rusia habla de paz, su agresión militar es implacable.
Por si la descompuesta posición del mandatario estadounidense no fuera suficiente, su principal asesor, con motivo de la cumbre en Londres, acaricia la posibilidad de que Estados Unidos deje la OTAN y a Naciones Unidas.
El conflicto generado por la guerra que inició Rusia contra Ucrania merece ser gestionado y resuelto para que no escale ni se transforme en un conflicto más grande o -peor aún- en una tercera guerra mundial de terribles consecuencias que nos puede destruir a todos.
Por lo que hace a México, a pesar de las múltiples acciones realizadas por su gobierno en atención a las exigencias del mandatario de Estados Unidos, se han impuesto aranceles generalizados del 25% a todos los productos que se importen de México. Entraremos a una delicada situación económica.
*El autor es abogado, negociador y mediador.
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