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Opinión

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La diplomacia mexicana tendrá examen en Caracas

La diplomacia mexicana está llamada para este viernes en Caracas a un doble examen sobre derecho internacional y ética: avalar el fraude electoral de Nicolás Maduro representaría una nueva violación del artículo 89 de la Constitución que apela a la “libre autodeterminación de los pueblos”, y también violaría la fracción X que pide “el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos” en el mundo.

El informe sobre el régimen de Maduro en Venezuela, coordinado por Michel Bachelet (año 2019) cuando se desempeñaba como Alta Comisionada de Derechos Humanos en la ONU, reveló la ejecución extrajudicial por parte del régimen de Maduro de 6,800 personas entre enero de 2018 y mayo de 2019, y 793 presos injustificados durante los primeros cinco meses de 2019.

AMLO guardó silencio.

Las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio las ganó la oposición. El candidato Edmundo González obtuvo el 67% de los votos frente al 30% de Maduro. María Corina Machado logró demostrar el 85.18% de las actas oficiales pocas horas después de que las casillas cerraran. Maduro nunca mostró las actas. Los candados que incluyen, a través de un código QR, las convierten en infalsificables.

La policía de Maduro salió a las calles reprimiendo manifestaciones, asesinando a 28 y encarcelando a 2,400.

La libre determinación de los venezolanos fue votar a favor de González para que este viernes ocupe la presidencia y ponga fin al régimen dictatorial.

AMLO guardó silencio sobre el fraude electoral y los crímenes.

El lunes 23 de diciembre la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum le otorgó a Maduro doble regalo navideño: catalogó a su régimen como progresista y confirmó que sí enviará a Caracas a un representante de su gobierno a la toma de posesión fraudulenta.

Si así ocurriera, el gobierno de la presidenta mexicana quedaría marcado por la violación al artículo 89 de la Constitución, y la política exterior mexicana continuaría degradándose tras seis años de una grave erosión ética (qué decir del mal uso de la figura del refugiado tras recibir en México a delincuentes ecuatorianos pertenecientes al círculo de Rafael Correa durante el sexenio de AMLO).

Pero los efectos no terminarían ahí. Juan Ramón de la Fuente tiene la responsabilidad de convencer a la presidenta del grave error que cometería al reconocer de facto (con el envío de un representante) a Maduro como presidente.

Si el secretario de Relaciones Exteriores no lo hiciera, su gestión quedaría marcada éticamente.

Como bola de nieve, los más de 1,200 miembros del Servicio Exterior Mexicano también serían afectados y colocados, lamentablemente, frente a la decisión de renunciar o no.

Octavio Paz lo hizo luego de la masacre en Tlatelolco en 1968.

¿Cuántos “2 de octubre” caben en el régimen de Maduro?

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Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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