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Elecciones en Estados Unidos ¿Qué se viene?
Ahora una eventual llegada de Donald Trump no sería sorpresa y las condiciones serían totalmente diferentes a su primer periodo presidencial. Se esperaría una baja de impuestos e incremento de la deuda de Estados Unidos.
Aunque la diferencia es aún muy cerrada, lo cual deja lugar a la posibilidad de que las encuestas se equivoquen; las publicadas más recientemente apuntan a una victoria del Partido Republicano y un nuevo periodo con Donald Trump como presidente. La diferencia en los estados más importantes, aquellos que pueden decidir la elección es muy baja, menor a 1.0% en muchos casos, lo cual las ubica dentro del margen de error que pueden tener los muestreos.
No obstante, los participantes en los mercados siguen descontando que habrá un nuevo gobierno de Trump y actúa en consecuencia. El comportamiento de los mercados es congruente con tal expectativa. En julio pasado, inocentemente tal vez, enumeré las consecuencias de un nuevo periodo de Trump (El economista, “Trump 2.0, 17 de julio 2024), aludiendo a que los mercados aun no manifestaban la narrativa que ahora demuestran. Después de la incursión de la Sra. Harris y su debacle en las recientes encuestas, los mercados tienen una idea mas clara de lo que deben esperar.
Un triunfo de Trump, a diferencia del 2016, no es sorpresa. Y más aún, el contexto en el que se presentaría es muy diferente al que prevalecía hace ocho años. En aquel entonces, los mercados aun navegaban bajo la narrativa de salida de la gran crisis financiera del 2008 – 2009; ello hacía que la tasa de interés de referencia que establece la FED tuviese un nivel de 0% y las tasas de largo plazo un nivel mínimo.
Las tasas de largo plazo tuvieron un leve repunte antes de la elección y después se mantuvieron en niveles muy bajos (posiblemente por la persistencia de la política monetaria de ultra relajación que existía). En esta ocasión, partimos de tasas de interés de referencia que se ubicaban hace apenas un par de meses por encima del 5.0% y cuyo nivel es alto.
Los inversionistas han plasmado en el mercado de deuda el temor de las políticas que Trump aplicaría: menores impuestos, mayor gasto. Si al concretarse un triunfo de Trump, con una victoria también en el Congreso para el partido republicano, la continuación del alza de la tasa de interés como la que estamos viendo actualmente no sería algo agradable; en este terreno el campo de maniobra es mucho más reducido.
Tampoco sería de esperarse que se presente un rally de 15 meses como el que se vivió en el inicio del primer período de Trump. Hoy en día las acciones, en especial las de tecnología, presentan niveles de valuación muy superiores. Más aun, el prospecto de mayores tasas de interés implicaría el establecimiento de un freno relevante, sobre todo en empresas de pequeña y mediana capitalización.
Si Trump cuenta con mayoría en el Congreso, sus amenazas en cuento a tarifas arancelarias ahora irían más en serio. No solo sería la imposición de tarifas, sino el cambio en el tratamiento de socios comerciales a otros países, en especial China. Las tarifas y el menor comercio beneficiarían a algunos espacios de la industria, pero afectarán a otros como los establecimientos comerciales. Y obviamente generarían presiones sobre la inflación, tal vez un cambio de postura de la FED y una agresividad desde la presidencia contra el banco central que no se observó en el primer periodo.
La amenaza de la postura norteamericana con un gobierno de Trump no solo se refleja en el mercado de deuda. El alza desmedida del precio del oro, así como el rumbo de varios índices bursátiles como el de Alemania o Japón que han tenido una caída importante en las últimas semanas también son prueba del nerviosismo que se genera en el exterior de Estados Unidos.
Un triunfo de Harris (aun posible) sería sin duda una sorpresa y ciertamente un respiro en varios mercados y en algunos sectores de la misma economía norteamericana, no se diga en el mercado de deuda. Dicho sea de paso, el ambiente sería menos favorable para los mercados de capitales y sus elevadas valuaciones si se retira la oferta de una baja de impuestos como pretende Trump.
En el caso de México, no puede haber tasas de interés sustancialmente menores si los réditos en el exterior se proyectan a niveles mayores, por más que el Banco de México reduzca algunos cuartos de punto su tasa de referencia. México va a vivir con mas presión en la frontera, en el tema migratorio y desde luego en la amenaza velada de una revisión del T-MEC que ya está a dos años de distancia. El premio por riesgo de la deuda de México (la diferencia entre nuestras tasas de interés y las del exterior) será elevado, eso es casi una certeza.
Los mercados han descontado con fuerza el escenario de un nuevo período de Trump al frente de la economía más grande del mundo. El resultado de las elecciones determinará si se siguen moviendo en tal dirección o si toman un respiro.
*Rodolfo Campuzano Meza es director general de INVEX Operadora de Sociedades de Inversión.