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Los estados no adheridos y el caso de Guanajuato
Hace unas semanas que estuvieron reunidos los 32 secretarios de salud en la primera sesión del Consejo Nacional de Salud para el Bienestar (Conasabi), donde el secretario David Kershenobich les expuso su plan de trabajo, ejes prioritarios y líneas de acción en materia de salud pública, en algún momento pudieron hablar los 7 secretarios de los estados que aún no se han adherido a la corriente centralizadora del organismo IMSS Bienestar comandado por Alejandro Svarch. Y entre ellos comentaron que buscarán sostenerse independientes todo el sexenio, es decir, sin ceder a las presiones para convertirse en adheridos.
Desde fuera hay quienes dudan de que lo logren, pues ello depende de que la Federación no los ahorque presupuestalmente, conociendo los mecanismos de la 4T. Hablamos de Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León y Querétaro que son las entidades que siguen no adheridas. Antes eran 9, pero ahora hay que restar otros dos, Yucatán y Coahuila, que aparentemente ya cedieron.
Entre los que se asumen seguros de continuar como no adheridos está Guanajuato, entidad que destaca por sus indicadores de salud y que lleva 4 años consecutivos sacando el Premio Nacional de Calidad en Salud; justo apenas recibió 3 de los 5 Premios de este año, uno de ellos con su CAISES 10 de Mayo en León. Otro de los premiados fue Nuevo León, otro estado no adherido.
Platicamos con el secretario de Salud de Guanajuato, el doctor Gabriel Alfredo Cortés Alcalá, quien considera que la Federación tiene buena intención pero es difícil aplicar la misma receta para entidades distintas. Lo que se requiere más bien son trajes a la medida. Y pone el ejemplo de que en Guanajuato hay diferentes necesidades en cada uno de los 46 municipios; no es lo mismo lo que requiere Xichu o Acámbaro que Celaya o León.
Por otro lado, en estados como Oaxaca, Nayarit y Michoacán donde sus gobernadores no han tenido el tino o la visión de apostarle a la salud de sus pobladores e invertir y por tanto dependen por completo de lo que les llega del gobierno federal, es donde el control desde el Centro de la atención médica quizá pueda funcionar.
Pero en Guanajuato, donde el presupuesto para salud es superior a 18,000 millones de pesos, de los cuales la mitad la pone la Federación y el Gobierno estatal le mete otro tanto, es difícil para el gobierno estatal pensar en soltar su Sistema de Salud. “Si el Gobierno federal no va a complementar los 18,000 millones para mantener en buenas condiciones la infraestructura y operación del sector, no es factible considerar que se los entreguemos”.
Dice el secretario que así como la Federación no se mete con el IMSS o ISSSTE, tampoco debería presionar a los sistemas de estas entidades no adheridas que de su lado respetan las instalaciones médicas de las instituciones federales. No han faltado los intentos de acercamiento y ciertos apretones para que suelten su Sistema de Salud pero los argumentos de la entidad son valiosos y de suficiente peso, de modo que no han sido tan insistentes.
Guanajuato, considera, ha invertido mucho por tantos años como para entregar sus 630 unidades (incluyendo 16 hospitales, 19 clínicas comunitarias, 8 centros de apoyo y sus premiadas Unidades de primer nivel CAISES (Centro de Atención Integral y Servicios Esenciales en Salud) que tienen de 10 a 15 consultorios.
En la entidad guanajuatense operan 22,500 trabajadores de la salud al servicio de 3.5 millones de personas sin seguridad social. De los 6 millones de habitantes que tiene el estado, 2.5 millones tienen derechohabiencia y más de 3.5 millones no la tienen, por lo que son cubiertos por el sistema estatal.
El único pendiente son 234 profesionales de salud, entre médicos, enfermeras, psicólogos y algunos nutriólogos, contratados por IMSS Bienestar, que están inquietos con justa razón al no saber si les renovarán el contrato; hoy trabajan en las unidades del estado pero la Federación debe definir qué hacer con ellos; quizá llevarlos al programa de Salud Casa por Casa que lleva la Secretaría del Bienestar (¿pero serán médicos fuera del Sector Salud?). Ahí le toca el tema a Alma Alcaraz, delegada federal de Programas para el Desarrollo del Bienestar en Guanajuato. O quizá se los lleven al Hospital Regional de Alta Especialidad Del Bajío (el cual, por cierto, tiene vacante su dirección general), el único que queda dentro de la red CCINSHAE, que recibe recursos de IMSS Bienestar pero nos comentan que opera con muchas carencias. Aquí hay otro tema, porque este hospital sólo atiende alta especialidad, es decir es de tercer nivel, y en algún momento requerirá el apoyo de la estructura estatal de primero y segundo nivel. Es el tipo de cosas que no están consideradas y que pintan el desorden a todo color.
25 estados ya integrados a IMSS Bienestar
Las 23 entidades de la República que firmaron el acuerdo original de adhesión a IMSS Bienestar en 2023, fueron: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Colima, Ciudad de México, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Michoacán, Morelos. Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. Ahora se suman Yucatán y Coahuila, pero nos enteramos que no termina de quedarles claro el beneficio si comparan dónde están y hacia dónde se dirigen en manos de IMSS Bienestar pues los recursos prometidos tampoco se sabe para cuándo llegarán, y mientras las necesidades son de todos los días.
Crisis de especialistas en las instituciones públicas
Y hablando de alta especialidad, nos comentan que las deterioradas condiciones laborales en el sector público está derivando en salida de especialistas que están prefiriendo centrarse en su consulta privada, máxime que de ese lado se incrementa la demanda. Esta fuga se está presentando en todas las instituciones del Gobierno, pero particularmente notorio en el IMSS. Tiene que ver con bajos salarios, saturación de consultas y precarias condiciones laborales. Es claro que para los médicos especialistas cada vez resulta menos atractivo el trabajo en las instituciones públicas, y que aquella modalidad de trabajar tanto en sistema público como en privado está resultando demasiado desgastante.
Compromiso Legislativo con la Hipertensión Arterial Pulmonar
La Asociación Mexicana de Hipertensión Arterial Pulmonar (HAP) que lleva Paula Cabral, recibió con esperanza el punto de acuerdo en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, para exhortar a la Secretaría de Salud (SS) a que instruya al IMSS, ISSSTE y demás instituciones a seguir los parámetros del Protocolo Técnico de Hipertensión Pulmonar. Fue algo que impulsó el senador Emmanuel Reyes Carmona, hoy desde la Comisión de Salud de la Cámara Alta. En el Foro Legislativo de Concientización sobre el tema, destacó la falta de recursos para la atención y tratamientos que sí existen. La HAP afecta a personas de todas las edades y es de difícil diagnóstico: De no ser tratada a tiempo, los pacientes tienen una sobrevida cercana a dos años.