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Estrategia Nacional de Industrialización
El Plan México. Estrategia Nacional de Industrialización y Prosperidad Compartida, recientemente anunciado por la presidenta Claudia Sheinbaum, plantea una visión para producir en México lo que se importa de fuera, crear empleos, polos de bienestar y consolidar el país como un actor clave en las cadenas globales de valor, aprovechando tendencias como el nearshoring y la digitalización.
El plan, apoyado en próximas políticas como un decreto de nearshoring, el fortalecimiento de la banca de desarrollo para las mipymes, la publicación de una Ley Nacional de Simplificación y Digitalización y la inversión en parques industriales, busca detonar un crecimiento sostenido en sectores estratégicos como semiconductores, farmacéutica, química, energía, aeroespacial, textil, agroindustria y minería. Su misión es “elevar contenido nacional y regional en sectores estratégicos”.
Semiconductores. México busca consolidarse como un actor relevante en la industria de semiconductores, clave para la fabricación de dispositivos electrónicos y automóviles eléctricos. Este sector, dominado históricamente por Asia, representa una oportunidad para integrarse a cadenas globales de valor a través de incentivos para la inversión extranjera directa, la capacitación de talento técnico especializado y la colaboración con empresas líderes en diseño y fabricación.
Entre las principales acciones destacadas están la creación de IMMEX 4.0 con apartado especial para semiconductores, la devolución inmediata de IVA para empresas que comprueben proveeduría local de 40 a 80% dependiendo del sector, y que universidades técnicas y centros tecnológicos ofrezcan programas de ingenierías, robótica, telecomunicaciones, especialistas en ciberseguridad, programación e informática.
Electromovilidad. El impulso hacia la electromovilidad es una prioridad estratégica que combina innovación tecnológica con sostenibilidad ambiental. En este sector, México planea convertirse en un hub de fabricación de vehículos eléctricos, aprovechando su base manufacturera en automóviles y su proximidad al mercado estadounidense. El plan contempla aumentar 10% la producción de vehículos para consumo nacional y 15% el contenido nacional de vehículos.
Nearshoring. Se prevé la publicación de un decreto de nearshoring con vigencia hasta octubre de 2030 como piedra angular de esta estrategia, incentivando a empresas extranjeras a relocalizar sus operaciones en México.
El decreto incluiría beneficios a inversiones en sectores de alta tecnología, investigación y desarrollo, no distinguiría entre empresas extranjeras y mexicanas y no discriminaría por industria o sector. También habría deducciones a la capacitación de trabajadores en vinculación con instituciones de educación e investigación nacionales.
Banca de desarrollo. Para garantizar que las mypimes participen en este proceso de industrialización, se fortalecería el rol de la banca de desarrollo mediante el financiamiento a empresas ancla y a 30% de pymes.
Digitalización y simplificación. Se publicará la Ley Nacional de Simplificación y Digitalización para crear un entorno regulatorio más eficiente. Esta ley pretende reducir los tiempos y costos asociados a trámites gubernamentales, mediante la adopción de herramientas digitales en los procesos administrativos.
Las principales medidas incluyen la creación de una ventanilla única digital para trámites empresariales, la implementación de sistemas de firma electrónica avanzada y la digitalización de registros y permisos para agilizar inversiones en sectores estratégicos. Se reducirá el tiempo total para concretar una inversión con 50% menos trámites y requisitos, todo ello en una sola ventanilla de inversiones digital.
El documento de estrategia aborda aspectos clave (le llama capacidades públicas) como la disponibilidad de energía, agua, transporte y formación de profesionales y técnicos, pero una falta significativa en el plan es la omisión de la infraestructura digital y la conectividad. Cualquier estrategia industrial requiere contar con redes de fibra óptica de alta velocidad y acceso universal a Internet, lo cual es tan crítico como garantizar el suministro eléctrico o el acceso al agua.
La digitalización es esencial para potenciar sectores como semiconductores, electromovilidad y Tecnologías de la Información. Por ello, es indispensable invertir en redes de telecomunicaciones que permitan la conexión de parques industriales y polos de desarrollo, promover el desarrollo de competencias digitales en la fuerza laboral y garantizar la integración de tecnologías 5G para la automatización de procesos industriales.
El sector TI juega un rol transversal porque habilita la transformación digital de procesos productivos y la implementación de fábricas inteligentes. El fomento de startups tecnológicas y la creación de ecosistemas de innovación son pasos esenciales para mantener la competitividad, pero no se mencionan en el Plan México.
La Estrategia Nacional de Industrialización y Prosperidad Compartida es una hoja de ruta interesante que podría posicionar a México como un actor clave en sectores estratégicos y cadenas globales de valor. Sin embargo, para garantizar su éxito, será fundamental abordar las asignaturas pendientes en infraestructura digital y conectividad, capacidades esenciales para competir en la economía del siglo XXI.