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Opinión

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Ante la estridencia, un banquero ecuánime

@campossuarez

@campossuarez

Aunque Donald Trump no lo quiera ver, la alta inflación en Estados Unidos sigue ahí. 

Y aunque no sea capaz de comprender el papel de una autoridad monetaria, a la Reserva Federal (Fed) le toca generar expectativas, no es lo suyo bajar los precios por decreto o reducir el costo del dinero por capricho.

Sin duda que Jerome Powell amaneció hoy con un problema del tamaño de la rabia de Trump, quien quisiera que su pulso autocrático le alcanzara para ordenar al banco central de su país asumir una postura monetaria laxa.

Powell aguanta y explica las razones del banco para proceder con cautela. Es un técnico que no se mete en los pantanos de la política, y menos al estilo que la hace el Presidente de su país, pero, sobre todo, es un financiero que quiere que su palabra tenga valor en los mercados.

Un banco central sólo puede ser efectivo desde una autonomía real, porque es evidente que el primero que se puede quejar de una política monetaria restrictiva es el poder político y su autoridad fiscal, que ve cómo un combate estricto a la inflación no sólo inhibe el crecimiento económico, sino que también le implica costos de financiamiento más altos.

Powell no resulta arrollador y carismático, como sí lo es Donald Trump, pero explica con impecabilidad técnica las decisiones del Comité de Mercado Abierto para pausar la baja en las tasas de interés y esperar a tener todas las evidencias necesarias que demuestren que, efectivamente, las presiones inflacionarias que vivieron durante años ya quedaron atrás.

México, mientras tanto, está en un escenario complicado en su política monetaria, porque a la par de que tiene una tasa de interés alta, el hecho de que se anticipen bajas pronunciadas y aceleradas pueden mandar un mal mensaje de debilidad del Banco de México.

En estos momentos la gobernadora del Banxico, Victoria Rodríguez, debería exigir que este organismo autónomo pueda funcionar con su cuerpo colegiado completo, en lugar de cabildear su posición personal de buscar una baja de medio punto porcentual en la próxima reunión de política monetaria.

La Junta de Gobierno del Banco de México tiene un mes incompleta por la omisión del gobierno de Claudia Sheinbaum de designar al subgobernador faltante desde la salida, el 31 de diciembre pasado, de Irene Espinoza, esa es una forma de vulnerar su autonomía.

La gobernadora Rodríguez sabe que goza de un voto de calidad y su cabildeo de bajar las tasas se parece mucho, seguro por pura coincidencia, a la postura que quisiera ver la Secretaría de Hacienda. Esa es una muy mala señal.

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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