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El exilio español en México
En diversos círculos, desde académicos hasta empresariales celebran este año el 85 aniversario del exilio español, con muestras de agradecimiento por su valioso aporte a la economía, a la sociedad y a la cultura.
El gran mérito histórico es del presidente Lázaro Cárdenas que fue generoso para que llegaran 40,000 refugiados españoles a México. Se ubicaron en diversas actividades y en los estados del país. Para Cárdenas los refugiados representaban una oportunidad para apoyar el desarrollo del país y no una amenaza.
El exilio español fue producto de la guerra civil y del fascismo encabezado por Francisco Franco. Huyeron a Francia y miles estuvieron en campos de concentración. Notable fue el trabajo diplomático de Narciso Bassols, Luis I. Rodríguez y Gilberto Bosques para que se exiliaran a México.
La Casa de España que se integró al Colegio de México les dio entrada a notables figuras. Lo mismo en la UNAM y en el Instituto Politécnico Nacional. Una recomendación de uno de los profesores más notables José Gaos, es la siguiente: “El mejor homenaje que un alumno le puede hacer a su maestro es superarlo”.
Otro ejemplo de calidad de la migración española es la del maestro Andrés Fábregas, que cuando llegó a México lo enviaron a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas para convertirlo en entrenador del equipo de futbol de la preparatoria local. Después logró posicionarse como profesor de ética y matemáticas. Sus méritos lo llevaron a ocupar la Rectoría de la Universidad de Chiapas cuando ésta fue creada.
Con una presencia valiosa en la UNAM y en el Politécnico, José Giral, que fue Ministro y Presidente del Consejo de Ministros del gobierno republicano, transmitió sus conocimientos científicos y fue condecorado, por varias universidades.
Antonio Sacristán Colas, destacado economista, ya en México fue maestro en la Escuela Nacional de Economía. También promotor de empresas en la institución que fundo: Somex.
En las manifestaciones artísticas llegaron creadores de calidad como Elvira Gascón cuyos dibujos muestran una calidad indiscutible. Sobre ella dice el gran escritor Juan Rulfo: “Elvira Gascón convencida se dedicó a trazar en dibujos lineales todos los atributos de la vida… Rastreó los más mínimos movimientos del sueño y la vigilia”.
Muchos hijos de esta generación de exiliados actualmente ocupan posiciones importantes en la academia, en la administración pública y en las empresas.
Ahora, como antes, el fenómeno migratorio que resulta de guerras, persecuciones y otras calamidades, evidencia la impunidad para aquellos que inician los conflictos y que, por otro lado, hay incapacidad de la comunidad internacional para detener las guerras y preservar la paz. Se calcula que si todos aquellos que viven fuera del país donde nacieron formaran su propia “República de los desarraigados” sería el quinto país del mundo. De ese tamaño es la migración actual.