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La hermandad
La Hermandad según el diccionario es “una alianza entre hombres y mujeres unidos por un propósito común o valores compartidos, un vinculo más fuerte que el de la amistad podría ser”. Eso es Morena, una Hermandad en donde el valor principal es la lealtad y la unidad con el objetivo principal de mantener el poder. No importan la capacidad, la honradez o la experiencia, lo único que importa es la lealtad y a cambio de ella, se tiene garantizada la impunidad y la permanencia al grupo. El que se suma a la Hermandad queda automáticamente libre de todo pecado.
Esto lo vimos en varias ocasiones durante todo el sexenio de López Obrador en donde cualquier denuncia de corrupción de un funcionario era ignorada por el presidente, el caso más sonado es el de Ignacio Ovalle, director de Alimentos para el Bienestar, quien después de hacerse publico un fraude en la empresa por mas de 10,000 millones de pesos, no solo no fue acusado, sino que fue premiado con un nuevo puesto. En la Hermandad no se persigue a nadie, por el contrario, se le protege, el interés del grupo está por encima de cualquier cosa.
Durante lo que va del sexenio, Claudia Sheinbaum ha garantizado a todos los gobernadores salientes un puesto independientemente de su actuación. Rutilio Escandón, exgobernador de Chiapas, que dejó el estado es una situación de alarma por la violencia e inseguridad, fue premiado con el consulado de México en Miami. Cuitláhuac García, exgobernador de Veracruz, que tiene diversos señalamientos de corrupción, fue nombrado, como premio, director de Cenagas. Las acusaciones de corrupción de Adán Augusto López, en contra de Ricardo Monreal, se olvidaron con un abrazo, para no debilitar la Hermandad dentro de Morena. El actual gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, es defendido por toda la Hermandad, a pesar de que es evidente que está involucrado con los narcotraficantes.
El otro día en un mañanera, la presidenta Claudia Sheinbaum decía con orgullo que los 10 funcionarios que la acompañaban ese día, todos ellos y ellas eran sus amigos desde que estaba en la universidad o sea para ella igual que para Lopez Obrador, la amistad y la lealtad están por encima de la capacidad y la honestidad.
El PRI duró en el poder 71 años porque tenía la capacidad de renovarse y cambiar cada seis años con la llegada del nuevo Presidente. Sabían que la gente esperaba un cambio y que, si este no se daba, aunque fuese solo en el discurso, el nuevo gobierno se debilitaría paulatinamente. La crítica al gobierno anterior es sana no solo para revisar las políticas, sino para mantener el optimismo de la ciudadanía. El PRI cada seis años renovaba la mayoría de los funcionarios del gobierno y si bien no perseguía tampoco la corrupción, los marginaba del nuevo gobierno.
Nadie espera de Claudia Sheinbaum una crítica a Lopez Obrador, la crítica no tiene que ser personal, pero ocultar los problemas que enfrenta el país en educación, salud, seguridad, crecimiento económico y del empleo, hará que la gente pierda la esperanza y confianza en el gobierno.
Haciendo un balance de los primeros cuatro meses de Claudia Sheinbaum los resultados son buenos en cuanto que ha sido más mesurada, se ha disminuido la confrontación y no hemos caído en una crisis económica o de seguridad, sin embargo, su discurso negando la realidad que vive el país, no da entusiasmo, por el contrario, da desconfianza y pesimismo en cuanto al futuro. La lealtad incondicional de Claudia Sheinbaum a Lopez obrador y a la Hermandad, pone en duda su lealtad a México y a los mexicanos.