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La incertidumbre fiscal y el crecimiento económico
“Poco más se requiere para llevar a un Estado al más alto grado de opulencia desde la más baja barbarie excepto paz, impuestos fáciles y una administración de justicia tolerable”. Adam Smith.
En México, la política fiscal e impositiva históricamente ha desempeñado un papel crucial tanto de forma positiva como en un sentido negativo, para la estabilidad y el crecimiento económico, teniendo un impacto decisivo en las decisiones de inversión y consumo de los agentes económicos, desde las grandes empresas, hasta las personas físicas, en sus decisiones cotidianas.
La incertidumbre en relación con la forma, interpretación y aplicación de estas políticas, particularmente cuando se reflejan en modificaciones inesperadas en la actuación impositiva, con cambios de marco legal o de formas de interpretación de éste, tienen el potencial de frenar el crecimiento económico.
La incertidumbre fiscal o impositiva se manifiesta a través de la variabilidad o el carácter imprevisible en la política tributaria, al igual que el nivel y orientación del gasto público y de la deuda pública.
En el estudio “Measuring Economic Policy Uncertainty” de Baker, Bloom y Davis se mide esta incertidumbre a través de índices que cuantifican la volatilidad en debates legislativos, noticias económicas y expectativas de mercado, así como el efecto de esa volatilidad en el crecimiento económico y las expectativas y decisiones de los inversionistas.
Típicamente, la incertidumbre tiene un efecto inicial en la disminución de la inversión privada, porque muchas empresas tienden a retrasar o cancelar proyectos de inversión ante factores como la incertidumbre regulatoria, especialmente en sectores intensivos en capital (manufactura o infraestructura, por ejemplo) o aquellos que por su propia naturaleza requieren de niveles importantes de apalancamiento para su proceso de crecimiento.
Existen estudios, como “Political Uncertainty and Corporate Investment Cycles”, de julio y Yook, en los que se prueba que variaciones de 10% en la incertidumbre sobre los temas impositivos, puede reducir hasta 5% la inversión corporativa en economías emergentes.
La incertidumbre tiene también efectos sobre el consumo de las familias. Incrementos posibles en las tasas o los mecanismos de auditoría tienen efectos en el comportamiento de las personas y pueden provocar efectos no deseados tanto para los contribuyentes como para la recaudación. En nuestro país, por ejemplo, la limitación de la deducibilidad de los gastos médicos, provocó un incremento de las transacciones en efectivo que finalmente va en detrimento de la recaudación. Algunos estudios han mostrado que este fenómeno es más notorio en economías con mayores niveles de desigualdad, como precisamente nuestro país.
La falta de certeza en torno a las políticas fiscales también puede eventualmente elevar los costos de financiamiento para el país y consecuentemente para las empresas, ya que los inversionistas demandan mayores rendimientos esperados como parte de una prima de riesgo. La OCDE ha indicado que la incertidumbre fiscal puede incrementar entre 0.5% y 1.5% este costo.
A nivel internacional mecanismos basados en comunicación transparente y consistente por parte de gobiernos y bancos centrales, así como la existencia de reglas fiscales automáticas, claras, uniformes y poco sujetas a diferencias de interpretación, limitan la discrecionalidad política mejorando la credibilidad institucional.
La gestión de la incertidumbre fiscal es esencial para fomentar un entorno económico estable y propicio para el crecimiento. Es un entorno particularmente complejo y por momentos especialmente adverso para nuestro país en los siguientes años un marco institucional sólido y una comunicación clara pueden lograr que las políticas fiscales no solo sean efectivas en diseño, sino también en su implementación y predictibilidad.