Inteligencia artificial y salud mental: beneficios, desafíos y riesgos

Hace un tiempo escribí sobre los beneficios y desafíos de la inteligencia artificial (IA) en salud y este 2025 se anticipa que esta tecnología tomará un rol aún más preponderante a nivel global. Por otro lado, he hablado en esta columna sobre los desafíos globales relacionados con salud mental y la necesidad de priorizarla. La pregunta que cabe hacerse, cuando comienza un nuevo año, es cómo específicamente podría beneficiar la IA a la salud mental y, eventualmente, cómo podría afectarla. Ello es especialmente importante, cuando según estimaciones, el 85% de las personas que requieren de atención en salud mental, no la reciben.

Beneficios de la IA para la Salud Mental

La inteligencia artificial tiene el potencial de revolucionar la forma en que abordamos la salud mental. Sin embargo, es crucial reconocer, desde ya, que la IA no puede prescindir de la acción humana y debe ser vista como un complemento. La humanización de la salud sigue siendo fundamental.

Dicho lo anterior, uno de los principales beneficios que se le atribuye a la IA es la detección temprana de trastornos mentales. Mediante el análisis de grandes volúmenes de datos, la IA podría ayudar a identificar patrones y señales de advertencia que podrían pasar desapercibidos para los profesionales de la salud. Esto permitiría intervenciones más rápidas y personalizadas, mejorando los resultados para los pacientes. Existen, en todo caso, voces que advierten, que los trastornos mentales, como la depresión, son altamente subjetivos, con síntomas complejos, diferencias individuales y fuertes vínculos socioculturales, lo que significa que su diagnóstico requiere una consideración integral, que no puede ser reemplazado por la IA.

Por otro lado, la IA podría contribuir a mejorar el acceso a la atención. Ya existen, por ejemplo, aplicaciones y chatbots de salud mental, que ofrecen apoyo emocional y terapias basadas en evidencia a personas, que de otro modo no tendrían acceso a estos servicios. Estas herramientas pueden ser especialmente útiles en áreas rurales o en comunidades con escasez de profesionales de la salud mental. Aunque la IA nunca reemplazará la interacción humana, es una "segunda mejor opción" frente a la extrema dificultad de acceso a los cuidados en salud mental, o la completa carencia de ellos.

Otro potencial beneficio significativo es la personalización del tratamiento. La IA puede analizar datos individuales para recomendar terapias y tratamientos específicos que sean más efectivos para cada persona. Esto no sólo mejora la eficacia del tratamiento, sino que también reduce el tiempo y los recursos necesarios para encontrar la mejor opción terapéutica.

Desafíos y Riesgos de la IA para la Salud Mental

Sin embargo, el auge de la IA también presenta desafíos y riesgos que deben ser considerados. Algunos plantean el riesgo del aislamiento social. A medida que las personas recurren cada vez más a la tecnología para el apoyo emocional, existiría el peligro de que las interacciones humanas disminuyan, lo que puede exacerbar sentimientos de soledad y aislamiento. Otra mirada, es que la IA podría ayudar precisamente a evitar que los efectos nocivos del aislamiento social afecten la salud mental.

La dependencia tecnológica es otro desafío. Confiar demasiado en la IA para el manejo de la salud mental podría llevar a una disminución en la capacidad de las personas para enfrentar problemas sin asistencia tecnológica, aumentando la ansiedad y el estrés cuando la tecnología no está disponible.

La privacidad y seguridad de los datos es una preocupación crítica. La IA maneja grandes cantidades de información personal y sensible, y la vulneración de la privacidad podría tener efectos devastadores en la salud mental de los individuos afectados. Es esencial que se implementen medidas robustas de seguridad y privacidad para proteger estos datos.

Otro ángulo importante a resaltar es que la integración de la IA en el lugar de trabajo ha generado preocupaciones significativas sobre la salud mental, en general, y la ansiedad, en particular, de los empleados debido a la potencial pérdida de puestos de trabajo. Estudios han demostrado que la adopción de tecnologías de IA podría causar incertidumbre y ansiedad, ya que los empleados temen que sus roles sean reemplazados. Esta ansiedad puede manifestarse en forma de estrés, inseguridad laboral y una disminución en el bienestar general. Es crucial que las organizaciones implementen estrategias para abordar estos temores, como la capacitación continua y el apoyo emocional, para mitigar el impacto negativo de la IA en la salud mental de los trabajadores.

En resumen, la inteligencia artificial tiene el potencial de transformar la salud mental de manera significativa, ofreciendo beneficios como la detección temprana, el acceso mejorado y la personalización del tratamiento. Sin embargo, también es crucial abordar los desafíos y riesgos asociados, como el aislamiento social, la dependencia tecnológica, la privacidad de los datos y el impacto relacionado con potenciales pérdidas de puestos de trabajo. A medida que avanzamos en este nuevo año, es fundamental que equilibremos estos beneficios y riesgos para maximizar el impacto positivo de la IA en la salud mental, para lo cual se requieren políticas públicas y protocolos que deben ser discutidos, estudiados e implementados.

Esta columna fue elaborada con el apoyo del Dr. Guillermo Maligne.

*El autor es experto en políticas públicas en salud, ha trabajado para diversas asociaciones e industria relaciona con estas materias, desempeñándose también a nivel académico.