Buscar
Opinión

Lectura 5:00 min

¿A qué ha llevado la política antirrusa de Occidente?

Opinión

OpiniónEl Economista

Las medidas restrictivas contra Rusia han causado un grave desequilibrio en las cadenas internacionales de producción y suministro, desviaron los flujos de inversión, aumentaron los compromisos de deuda y dificultaron el acceso de muchos países a bienes, finanzas y tecnología. El FMI señala un aumento en la fragmentación geoeconómica y la división de la economía mundial en bloques separados, lo que agrava el problema de la desigualdad económica.

Las consecuencias negativas de las sanciones también han afectado a las economías de los países que aplican estas medidas de manera activa. En 2024, se prevé que el crecimiento de las economías desarrolladas no superará el 1.8%. El crecimiento del PIB de Estados Unidos está estimado en un 2.8%, mientras que en Japón será apenas del 0.3%. En Canadá, el crecimiento se pronostica en un 1.3% para 2024.

La situación es especialmente difícil en Europa, donde el crecimiento económico en 2024 se redujo aproximadamente en un 70% en comparación con el promedio prepandémico de 2015-2019. Según las previsiones del FMI, el PIB de la Unión Europea en 2024 crecerá no más del 0.8% (en 2023 fue del 0.4%; la previsión para 2025 es del 1.2%).

En este contexto, se espera que la economía de Rusia en 2024, a pesar de más de 21 mil sanciones, muestre un crecimiento del 3.6%, superando los niveles proyectados para Estados Unidos (2.8%), Reino Unido (1.1%), Alemania (0%) y Francia (1.1%).

La desaceleración del crecimiento de la economía europea está vinculada al acceso limitado a créditos en un contexto de altas tasas de interés, a la reducción de exportaciones y al aumento de los precios de la energía, incluido el costoso gas natural licuado estadounidense. Según cálculos de Eurostat, los países de la UE han pagado casi 200 mil millones de euros adicionales por el gas desde la implementación de las sanciones contra Rusia.

La Comisión Europea también reconoce que el cese de la cooperación energética con Rusia ha impactado negativamente la competitividad de las principales economías de la UE, como Alemania, Italia, los Países Bajos y Francia, lo que ha llevado a la estagnación en sus sectores clave.

La agresión sancionadora iniciada por Estados Unidos y sus satélites tras el inicio de la operación militar especial en Ucrania también ha ejercido una gran presión sobre los países en desarrollo de Asia, África y América Latina. La aplicación de restricciones unilaterales limita el acceso de los países más pobres a recursos energéticos, alimentos, fertilizantes y tecnologías básicas, así como a avances científicos de vanguardia. Cada vez más países se dan cuenta de que nadie está a salvo de las acciones tomadas actualmente por Occidente para preservar su dominio.

En las capitales occidentales han olvidado de un momento a otro principios como la competencia justa, la inviolabilidad de la propiedad, la presunción de inocencia y muchos otros. Eran los poco fiables socios occidentales los que querían infligir una derrota estratégica a Rusia, incluso en los frentes económico y tecnológico, pero es obvio que estos planes se han venido abajo.

Actualmente, se está produciendo una reestructuración y replanteamiento del orden mundial. Esto incluye la expansión del uso de monedas nacionales, sistemas de pago soberanos y la disminución del papel del dólar y el euro en el comercio internacional.

Los países de la "mayoría global" abogan por un orden mundial más justo, basado en la igualdad soberana de los Estados y en la consideración de intereses mutuos. Una tarea importante en este contexto es fortalecer el papel de formatos interestatales como el BRICS, del cual Rusia es el país presidente este año. Estoy convencido de que el papel del BRICS en la solución de problemas globales seguirá creciendo. Prueba de ello es que unos 35 países han expresado su disposición a participar de alguna manera en su labor multifacética.

Nuestro país también tiene planes para establecer una Gran Asociación Euroasiática entre todos los implicados en el desarrollo económico y de infraestructuras. Se trata de la UEE y la OCS. En este sentido, también es relevante mencionar la nueva arquitectura de cooperación y seguridad en Eurasia propuesta por el presidente de Rusia, V. Putin. Esta pretende sustituir los modelos euroatlánticos obsoletos. Este sistema de seguridad debería estar abierto a todos los países de Eurasia, incluidos los países europeos y de la OTAN.

De todos modos, nuestra prioridad sigue siendo fomentar vínculos cooperativos sólidos con todos los socios extranjeros interesados, incluidos nuestros amigos mexicanos, basados en principios de cooperación constructiva, mutuamente beneficiosa y respetuosa.

Temas relacionados

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí
tracking reference image

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete