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Sí a Maduro, no a Noboa
No hay peor enemigo para la racionalidad que las inconsistencias.
En Palacio Nacional no se habla del fraude electoral ejecutado por Nicolás Maduro, pero siembran dudas sobre el resultado oficial en Ecuador.
La presidenta Claudia Sheinbaum recibió el 20 de marzo las cartas credenciales de Stella Lugo que la acreditan como embajadora del posible criminal de lesa humanidad Nicolás Maduro Moros (de acuerdo con el estudio del grupo autónomo del área de DDHH de Naciones Unidas encargado por Michelle Bachelet), pero no confía en el grupo de observadores de la Unión Europea que validaron los resultados de las elecciones en Ecuador.
La oposición venezolana demostró el fraude a través de actas originales, pero la candidata Luisa González no ha mostrado las actas para conciliar los números con las cifras oficiales, y en su caso, demostrar el supuesto fraude.
Figuras del partido de Luisa González, Revolución Ciudadana, han reconocido la victoria de Daniel Noboa. Uno de ellos, el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, dijo que en una contienda electoral “lo peor es ser un mal perdedor”.
“Si el pueblo eligió, hay que respetarlo. Más allá de que nos guste o no, el pueblo eligió democráticamente y hay que ser honestos en reconocerlo”, agregó (AFP, 14 de abril).
El partido de Rafael Correo está fracturado, pero desde México ya se tomó partido.
Es necesario que Juan Ramón de la Fuente explique: ¿Por qué recibieron las cartas credenciales de una embajadora que representa a un dictador, y posible criminal de lesa humanidad, y al mismo tiempo, cuestionan los resultados de las elecciones presidenciales de Ecuador?
López Obrador apostó por el distanciamiento que tiene el peatón promedio mexicano con lo que ocurre en el mundo. El “mundo”, para una mayoría de mexicanos, es Estados Unidos. Para muchos otros no hay mundo, porque el mundo es México.
No deja de ser lamentable el abandono de la política exterior mexicana. AMLO decidió usar una política exterior dogmática y no de Estado.
Un ejemplo reciente: el titular del Órgano Interno de Control de Relaciones Exteriores, Abraham Soto Valdés, informó que le fue aplicada una “amonestación” al Director General de Programación, Organización y Presupuesto de Relaciones Exteriores, Tomás Zaragoza Rodríguez, luego de la crisis que generó en 2021 la falta de recursos financieros para llevar a cabo menajes de diplomáticos.
Es decir, un pellizco de monja al funcionario que no planeó el presupuesto para el cambio de embajadores de misiones o simplemente no lo ejerció.
No hay lana, quédate otros añitos como embajador.
Con dinero escaso, pero derrochando dogmas, pierde la diplomacia. La apuesta es clara: México sin mundo.
Sí a Maduro, no a Noboa.