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Opinión

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El mal uso del crédito te impide construir un patrimonio (Parte 1 de 2)

El mal uso del crédito es una de las principales razones por las cuales las personas no construyen patrimonio. En la vida actual es demasiado fácil pedir prestado para todo, incluso para hacer gastos cotidianos cuando sentimos, por una u otra razón, que ya no nos alcanza.

El crédito se ha convertido en un atajo para comprar cosas sin primero tener que trabajar –o ahorrar– para ellas. El paradigma de “compra hoy, consume hoy, paga después” está tan insertado en nuestra sociedad actual que incluso mucha gente se lo ha creído: piensa que el crédito es algo necesario y que no hay otra manera para salir adelante.

Eso lo he constatado muchísimas veces en mi vida, con la gente que me escribe para preguntarme cosas o porque quiere salir de un grave problema de endeudamiento.

Les he preguntado: ¿por qué te endeudas? La respuesta, muchas veces es: “porque con lo que gano no me alcanza”. Eso siempre me pone los pelos de punta. No entienden que si piden prestado, adquieren un compromiso que tendrán que pagar con su ingreso futuro. En otras palabras, si no les alcanza hoy, les alcanzará aún menos mañana. Un crédito no es una solución: puede servir para salir del paso (patear el problema para más adelante), pero termina por hacer el problema más grande. Cuando la gente me contacta, usualmente ya se les fue de las manos.

Hay otras personas que creen que es bueno tener una tarjeta de crédito “para emergencias”. He visto cómo algunas han estado endeudadas por años, porque las usaron en situación de desempleo o para enfrentar gastos contingentes muy elevados. En realidad, una tarjeta de crédito no es un sistema de protección patrimonial.

Muchas de esas personas no se ocuparon de construir un fondo para emergencias que incluya al menos tres meses de gastos (hay personas que requieren más), ni de comprar un buen programa de seguros (con base en sus necesidades), ni de hacer un testamento.

También he hablado aquí de los “financieros” (yo era uno de ellos) que tratan de sacar ventaja de los bancos a través del financiamiento gratuito. Gente que paga siempre con tarjetas de crédito y difiere a meses sin intereses todo lo que pueda, mientras mantiene su dinero invertido y generando rendimientos.

El problema con esto es que para tener éxito, se requiere una administración muy detallada de nuestro dinero, programar las fechas de vencimiento en inversiones necesarias, recordar las distintas fechas de pago, etc. Añade mucha complejidad pero también riesgos, desde que se nos “pase” una de las fechas porque estuvimos todo el día en juntas y se nos olvidó sacar dinero del fondo de inversión para hacer el pago, hasta el riesgo de usar parte de ese dinero, que ya está comprometido (en meses sin intereses), en alguna compra de oportunidad o de contingencia. Es fácil perder el control y no vale la pena, porque un sistema así en el mejor de los casos, nos hará “ganar” algunas centenas de pesos al mes.

Esto sin hablar de las personas que además de usar su tarjeta de crédito para compras cotidianas, la “prestan” a familiares e incluso amistades, para que hagan uso de promociones a meses sin intereses. Hace poco supe de una persona que perdió su chamba y tenía una deuda elevada con sus tarjetas (casi todo a meses sin intereses de él, de su hermano y de su mamá). Decidió simplemente dejar de pagar la tarjeta y aguantarse las llamadas y amenazas de los cobradores, aún con las consecuencias negativas para su historial crediticio, para conservar su liquidación. Eligió la salida que le pareció “fácil” para su problema, a pesar de que tendrá consecuencias que pueden ser serias.

El crédito es una herramienta que hay que usar de manera muy estratégica, porque también puede ser muy peligrosa. Las consecuencias de usarlo de manera inadecuada por lo general son muy fuertes y duran varios años.

En la segunda parte hablaré un poco más sobre cómo las personas que viven del crédito y lo usan de forma inadecuada, no tienen posibilidad de construir un patrimonio.

Ejecutivo de alto nivel en seguros y reaseguro con visión estratégica de negocio, alta capacidad de liderazgo, negociación y gerencia. Además es columnista de Finanzas Personales en El Economista, Coach en Finanzas Personales y creador de la página planeatusfinanzas.com

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