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A México le convendría mucho hoy mostrarle amistad a Estados Unidos
Un editorial del 27 de noviembre publicado por el periódico conservador de derecha “The Washington Examiner”, acuso a México de... “No ser amigo de Estados Unidos”.
El editorial empieza afirmando, que “la mejor noticia de que Trump llegue a la presidencia otra vez es que tratará, de ahora en adelante, a México, con la hostilidad que se merece, porque México -dice el diario- no es un aliado de Estados Unidos”.
Mientras, el Washington Examiner, que es un diario leído por los seguidores de Trump, dice una idiotez tan grande, el Departamento de Estado en el capítulo que describe la relación del gobierno de Estados Unidos con nuestro país, dice textualmente:
“México continúa siendo uno de los más cercanos, más valiosos y más apreciados amigos y aliados de los Estados Unidos”.
Lo anterior es obvio que está por cambiar. México está por enfrentar una segunda presidencia de Donald Trump y en ese nuevo predicamento, está siendo el blanco de su retórica combativa. Ya lo amenazó con cerrarle la frontera, imponerle tarifas de castigo, y hasta enviar a sus soldados a intervenir militarmente dentro de México en una invasión silenciosa.
Trump dice que está harto de que los gobiernos mexicanos no detengan a sus hordas de traficantes de gente, a sus miles de coyotes promoviendo migración ilegal y a todo tipo de carteles y criminales inundando de drogas ilegales y fentanilo a Estados Unidos.
Trump amenazando a Canadá y a China también con las mismas sanciones, obligó a Justin Trudeau el Primer Ministro canadiense, a viajar a Mar A Lago la casa de Trump en la Florida, para bajarle intensidad al castigo, al menos para su país.
Trudeau después de un viaje de 24 horas regresó el sábado a Canadá con las manos vacías. Trump no estuvo de acuerdo en levantarle el castigo, porque a través de las fronteras canadienses han entrado a Estados Unidos en el último año, un número importante de migrantes sin papeles, y una cantidad cada vez mayor de drogas ilegales y de fentanilo. Un cargamento de cocaína con valor callejero de 40 millones de dólares fue descubierto por aduaneros estadounidenses en la frontera con Canadá el primero de diciembre
Ese mismo domingo, el embajador canadiense en Washington nos sorprendió al decir que Trudeau había logrado hacerle ver a Trump, que la frontera estadounidense con Canadá es totalmente distinta y mucho menos porosa que la frontera mexicana.
Por todo lo anterior, hoy en este inicio de diciembre del 2024, hay muchas razones para preocuparse por la relación de México con Estados Unidos, o mejor dicho por la relación de Donald Trump con México.
El punto de esta columna es que todo esto podría evitarse, si México juega sus cartas con astucia
Debemos empezar diciendo que, francamente, no sería sensato suponer que las actitudes de Trump y sus próximos funcionarios de gobierno son una simple fanfarronería, pero es igualmente erróneo pensar que todo serán malas noticias.
México y Estados Unidos tienen una relación compleja, pero hay muchas cosas que México podría hacer para fomentar un ambiente más amistoso. Déjeme ser muy claro aquí. Donald Trump y los estadounidenses saben que su país no puede ser líder mundial económico sin la alianza de México.
Sí, déjeme repetirlo: Trump y los estadounidenses saben que su país no puede ser líder mundial económico sin la alianza con México.
No tener esa alianza representa descuidar los flancos más delicados e importantes del país con más conflictos alrededor del planeta. No tener a México de aliado hace muy vulnerable la seguridad estratégica nacional de Estados Unidos.
México necesita tomar acciones estratégicas que Trump no pueda rechazar, ni minimizar:
México podría:
- Hablar recio de su intención de fortalecer aún más los lazos económicos;
- Aumentar el comercio transfronterizo, promoviendo iniciativas que agilicen el comercio, reduzcan las barreras y fomenten la inversión en ambas direcciones;
- Implicar colaborar en proyectos de infraestructura que beneficien a ambos países;
- Hacer hincapié en público para mejorar la cooperación en materia de seguridad;
- Ser más proactivo en combatir el narcotráfico, y;
- Ser más público en cuánto a la colaboración con las agencias policiales estadounidenses para desmantelar los cárteles de la droga y reducir el flujo de drogas ilegales hacia Estados Unidos.
Es necesario recuperar la confianza que Estados Unidos perdió hace varios años con el gobierno mexicano anterior.
Esto implicaría hacer un esfuerzo público para compartir inteligencia, realizar operaciones conjuntas y fortalecer la seguridad fronteriza, que son las quejas de Trump.
La otra queja de Trump
México debería hacer más público el enorme trabajo que hace deteniendo a la migración irregular: además debería hacer público su trabajo con los Estados Unidos para desarrollar soluciones humanas y eficaces para gestionar los flujos migratorios.
Eso mejoraría también las oportunidades en México.
Solo tome como ejemplo el comunicado mexicano que informa que dos de las caravanas de migrantes con destino a Estados Unidos fueron disueltas ya en territorio mexicano, tuvo cero difusión en Estados Unidos.
México necesita urgentemente renovar y hablar en público de las iniciativas conjuntas de seguridad.
Hoy francamente, existen pesimistas que basan sus actitudes en su enorme ignorancia sobre las fortalezas de México en la mesa de negociaciones.
Deberían recordar que México y Estados Unidos dependen ya mutuamente uno de otro
Estados Unidos es suficientemente grande y poderoso para disminuir al mínimo las exportaciones mexicanas. Está claro también que los estadounidenses podrían regresar a fabricar todos sus propios bienes.
Pero eso no se hace de la noche a la mañana, y acciones tan agresivas lo único que causarían es una inflación galopante que haría que Estados Unidos pierda su nivel de líder mundial en economía.
Además una solución insana, como esta que le describo, tardaría por lo menos 20 o 30 años en completarse. Y en el ambiente en que vivimos la verdad es que nadie sabe a ciencia cierta cuál será la situación de América del Norte mientras esto ocurre. Es más, nadie adivina como será esa situación dentro de 12 o 24 meses.
La relación comercial con México existe por una gran razón; es muy buen negocio para Estados Unidos.
Sin México y sus factorías armando autos estadounidenses, los mismos estadounidenses no podrían comprar ni los modelos más baratos de esos automóviles.
Además los estadounidenses promedio ya se acostumbraron a comer frambuesas, aguacates, mangos y miles de otros productos que se importan de México. Sin esa relación una bolsa de frambuesas costaría 50 dólares la libra, en lugar de costar 10 veces menos, que es lo que cuesta hoy.
Los largos inviernos del hemisferio norte, estarían desprovistos de frutas, verduras y hasta flores frescas. Eso es lo que Trump cuidadosamente les oculta a sus seguidores.
Cooperación en asuntos de seguridad
Trump usa a su conveniencia la aparente reticencia mexicana a cooperar con el enorme problema del narcotráfico al extremo de que la mayoría del público estadounidense intuye que los gobiernos mexicanos han consentido al narcotráfico y se han dejado comprar para proteger sus operaciones dentro y fuera de México.
Lo irónico es que México y Estados Unidos cooperan a fondo en este tema.
La pregunta más importante aquí es si México y su gobierno deberían mostrar al mismo tiempo menos alianza con los enemigos de Estados Unidos como China, Cuba, Rusia y otros más.
Concentración en la diversificación
México podría centrarse en construir relaciones con otros países, en lugar de depender demasiado de Estados Unidos, pero eso toma tiempo y la mejor opción económica inmediata sigue siendo Estados Unidos.
Las familias mexicano-americanas
Hay otro nuevo factor; el crecimiento de población mexicana en Estados Unidos que ha producido miles de familias mixtas, mexicanos y mexicanas casados con estadounidenses. Esa interacción es única en el mundo y ha sido aprovechada muy poco por México.
Enfrentar a Trump usando sus mismas tácticas
La cultura mexicana podría impedir que por temor a sobajarse o ponerse de rodillas ante los yanquis, los mexicanos rehúsen solucionar el vendaval de problemas que vendría con Donald Trump.
Sería importante que los mexicanos recuerden que en el primer mundo los problemas se enfrentan y se solucionan, y que buscar una negociación entre socios más que debilidad demuestra fortaleza y astucia.
México debido a sus antecedentes históricos es muy dado a las ceremonias, y los protocolos diplomáticos. No estaría de más recordar que a Trump eso le parece una pérdida de tiempo y de esfuerzo.
Próximo embajador o embajadora a México
En México deberíamos estar preparados para el siguiente ventarrón de parte de Donald Trump. Sea quien sea el próximo o la próxima enviada de Washington a nuestro país, va a tener que mantener la cabeza muy fría porque habrá algunos días difíciles y habrá otros complicados.
De México en gran parte dependerá de si con un nuevo o una nueva embajadora habrá días buenos tranquilos y positivos también.
Hay que recordar que para los mexicanos habría muchos más beneficios económicos en una relación más cercana y amigable. Nos conviene en este momento mostrarle más amistad a Estados Unidos.