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México: Una nueva dimensión para la política transatlántica en Europa Central y Oriental
Con la inminente firma del Acuerdo Global Modernizado entre la UE y México, ha llegado el momento de considerar las oportunidades de una mayor cooperación entre México y los países de Europa Central y Oriental (ECO).
El Instituto Europeo de Economía Política Internacional ha descrito a México como “el eslabón perdido de la cooperación transatlántica”, una frase que captura una verdad esencial. Con el Tratado de Libre Comercio entre, por un lado, la UE y, por otro lado, Canadá y Estados Unidos, México completa la dimensión norteamericana y transatlántica en la constelación de alianzas de la UE. La fase de negociación técnica del Acuerdo Global Modernizado concluyó en principio en 2020, pero su firma se ha demorado durante el mandato del predecesor de la presidenta Claudia Sheinbaum, Andrés Manuel López Obrador. AMLO, conocido por sus iniciales, fue un personaje complejo con el cual, para el liderazgo de la UE, siempre ha sido desafiante interactuar de manera productiva, similar a como se ha experimentado con figuras como Donald Trump o Silvio Berlusconi. Sin embargo, la presidenta Sheinbaum, del mismo partido y tradición política, pero con un enfoque propio especialmente en políticas de energía verde, ha marcado una diferencia.
México es un país sumamente interesante que rara vez capta la atención dentro de la burbuja de Bruselas. Es la 12ª economía más grande del mundo y, a diferencia de otros exportadores de materias primas de América Latina, es una potencia manufacturera, sobre todo en el sector automotriz. Desde 2013, las exportaciones de la UE a México se han duplicado, generando un alto déficit comercial en el lado mexicano debido al incremento en la transferencia de productos intermedios de la cadena de producción automotriz. Esto ha permitido que Alemania supere a España en los flujos anuales de Inversión Extranjera Directa (IED). La lógica detrás del primer Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación (el primer Acuerdo Global) de 2000, basado en los efectos del TLCAN, sigue siendo válida con el T-MEC, negociado por Trump y firmado en 2020. La importancia de México ha aumentado con el "nearshoring", y China ha desviado parte de su comercio a través de México para acceder al mercado estadounidense, resultando en un desequilibrio notable entre los 9 mil millones de dólares de exportaciones mexicanas en 2023 y los 113 mil millones en importaciones. La UE es el tercer socio comercial de México después de EE. UU. y China, con un comercio bilateral de 81.7 mil millones de euros en 2023 (28.6 mil millones de dólares en exportaciones mexicanas a la UE). La relación conflictiva entre EE. UU. y México durante la presidencia de Donald J. Trump ha generado incertidumbre, pero el ministro de Economía de México, Marcelo Ebrard, ha subrayado puntos de influencia para evitar o eliminar los aranceles del 25% amenazados por Trump. Esto incluye la cooperación en la reducción de flujos migratorios desde Centroamérica hacia EE. UU. a través de México. Con la llegada de Joe Biden, se ha visto un aumento sin precedentes de la migración ilegal hacia EE. UU., incluyendo las conocidas "caravanas". Otra área de colaboración potencial es la lucha contra los cárteles, aunque políticamente sensible para México. Además, se espera que México adopte algunas preferencias comerciales tecnológicas de EE. UU. respecto a China.
Sin embargo, es erróneo ver a México solo como un país norteamericano, ya que los mexicanos se perciben a sí mismos como una potencia latinoamericana y un competidor de Brasil por el liderazgo regional. Con la reanudación de las cumbres UE-CELAC en Bruselas después de ocho años y la reintegración de Argentina en el interés de los inversores, el momento es propicio para que la UE aumente su atención hacia la región, con México como una base sólida y vector estratégico.
¿Qué sucede con los países de Europa Central y Oriental (ECO)? Dada su prioridad en seguridad dentro de la perspectiva transatlántica, México no ha sido una prioridad. Cada país debe manejar el mismo mundo con recursos y diplomáticos limitados, y México ha recibido poca atención estratégica más allá del comercio de servicios turísticos. El Acuerdo Global Modernizado UE-México, que se firmará próximamente, promete incrementar las relaciones económicas con la ECO, aunque las economías no son complementarias; su similitud limita las oportunidades comerciales y se enfocan en mercados diferentes (EE. UU. para México y Alemania/UE para la ECO). La relación entre Polonia y México avanza hacia una asociación estratégica, aunque Polonia tiene un mayor comercio con Brasil y Argentina. México, con su extensa red de acuerdos de libre comercio que abarca casi 50 países y más de mil millones de consumidores, se ha mostrado como un socio comercial confiable, ajeno a medidas proteccionistas o políticas. Polonia, buscando mayor influencia geopolítica, también ha fortalecido lazos con México, aspirando a ser miembro del G20 y observador de la Alianza del Pacífico.
Para la ECO, México puede servir como una plataforma desde la cual expandir su presencia económica en América Latina. Esta expansión requiere esfuerzo, ya que la región está en una transición de ser grandes importadores de tecnología y capital a equilibrar la balanza con empresas locales que buscan expandirse internacionalmente. La cadena de producción automotriz y manufacturera, junto con el turismo, seguirán siendo pilares comerciales, mientras que los productos agrícolas y alimenticios de alto valor añadido también crecerán, gracias a la protección de denominaciones de origen que se espera del Acuerdo Global Modernizado.
En educación e investigación, México se ha fortalecido, especialmente en cooperación con EE. UU. Rumanía, por ejemplo, podría aprovechar su tradición en la industria del petróleo y gas para colaborar con México, donde Pemex es un referente regional, y en la extracción de recursos marítimos. El comercio bilateral actual es bajo, pero con un crecimiento anual significativo, sugiere un potencial de expansión. Además, la conciencia sobre la influencia colectiva que pueden ejercer los países no superpotencias en la gobernanza internacional, si sus agendas son compatibles, abre oportunidades en ciberseguridad, prevención del terrorismo y equilibrio de derechos entre inversores y anfitriones, así como en conservación y explotación sostenible del patrimonio.
Una nueva dimensión en las relaciones entre la ECO y México es posible, más allá del crecimiento natural que promete el Acuerdo Global Modernizado UE-México. Se valora más la cooperación económica, académica y tecnológica sin complicaciones geopolíticas, buscando diversificar asociaciones. Un mejor entendimiento entre la ECO y México es una consecuencia natural de su enfoque transatlántico compartido y del deseo de evitar excesiva concentración comercial e inversión. La fusión de comercio, seguridad y tecnología ejerce más presión sobre los socios de las superpotencias, valorando más las asociaciones informales y sin condiciones.
* Asesor honorario del primer ministro rumano (2014-2015) y del primer ministro moldavo (2016-2017). Actualmente es analista global y consultor.