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Lo del Munal, una batalla entre De la Fuente y Bárcena
La recepción y brindis en el Museo Nacional de Arte (Munal) entre los diplomáticos Martín Borrego e Ionut Valcut, se convirtió en una táctica de guerra entre dos grupos: Alicia Bárcena y Juan Ramón de la Fuente.
El evento en el Munal costó 10,000 dólares y lo pagó la pareja festejada. No hubo dinero de los gobiernos mexicano y rumano.
El escándalo se desata en el escenario de las apariencias y la doble moral.
García Márquez distinguía en el ser humano tres tipos de vidas: la pública, la privada y la íntima.
Martín Borrego fue sorprendido por el periodista Claudio Ochoa (Latinus y El Universal), no pudo gestionar la crisis y terminó por convertir un acto privado (no público) en un escándalo público.
Martín Borrego labró su renuncia a la Secretaría de Medio Ambiente en el momento en el que decidió convertirse en actor de la Cuarta Transformación, es decir, al pensar que guardando las apariencias podría caminar de puntitas sobre la pasarela pública cuya grada pide austeridad, aunque sea falsa.
Borrego mezcló su vida privada con la pública al definir su festejo nupcial como un “acto cultural” donde México y Rumania se hermanarían luego de 89 años de relaciones diplomáticas.
El “fuego amigo” surgió de la propia Secretaría de Relaciones Exteriores. Uno de los 70 invitados traicionó a Borrego para dañar la imagen pública de Alicia Bárcena.
El objetivo lo logró.
La fuente que consulté para redactar este texto me comenta que el video que publica Latinus sobre el brindis donde Borrego dice, palabras más, palabras menos: “que cuando nos vaya mal nos vaya como hoy”, fue colgado por Borrego como historias en Instagram. La mano enemiga grabó el video pocas horas después del evento para evitar que se borrara automáticamente y poder aportarlo en el futuro como prueba del festejo.
A la fiesta asistió la plana mayor de la cancillería, inclusive, el actual Jefe de Oficia de Juan Ramón de la Fuente, Roberto Armando de León Huerta.
Bárcena acudió al brindis en compañía de su esposo, y tendría que aceptar que sí conocía la naturaleza del evento. Su ingenuidad terminó por erosionar a su imagen.
En el grupo de De la Fuente existe interés por colocar palos a las ruedas en el camino de Bárcena en su intento de ocupar la silla de la Secretaría General de Naciones Unidas.
En el país de Silvia Pinal muchos se creen actores protagónicos de una gran telenovela.
De la Fuente, como Bárcena, no es buen actor. Apela a la ética del diplomático, pero hay diplomáticos en consulados mexicanos en EU que no logran llegar a final de mes con sus bajos sueldos.
Apela a la ética, pero el Gobierno para el que trabaja no condena la sangrienta dictadura de Nicolás Maduro Moros, el Bashar el Asad de nuestra región.
La diplomacia mexicana, degradada.