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Opinión

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En el mundo, un 2025 con muchos “peros”

Para el mundo, las previsiones económicas y políticas para 2025 están lejos de pintar un panorama alentador. Aunque las cifras sugieren cierta estabilidad, la realidad es que cada dato viene con un asterisco que podría transformar optimismo en incertidumbre. Estos son los pronósticos en que coinciden la mayoría de los pronosticadores. 

1. El crecimiento económico global de entre 2.7% y 3.2%, proyectado por Goldman Sachs y el Fondo Monetario Internacional (FMI), respectivamente, parece aceptable en el papel, pero es una cifra que apenas supera el letargo postpandémico. Lo preocupante no es solo el poco crecimiento, sino lo que está evitando una recuperación más robusta: guerras comerciales, tensiones geopolíticas y, como siempre, decisiones de política monetaria que llegan tarde o son equivocadas.

2. La caída de la inflación al 4.5%, según el FMI será positiva, pero los mercados emergentes seguirán luchando por controlar sus precios. Mientras los bancos centrales de países desarrollados relajen sus tasas de interés —la Reserva Federal de Estados Unidos apunta a un 3.25-3.5%—, las economías de los países menos industrializados seguirán rezagadas, incapaces de igualar las condiciones financieras globales.

3. EU parece estar a la cabeza de los países en crecimiento, con un crecimiento entre 1.9% y 2.5%, impulsado por un consumidor resiliente y un mercado laboral que desafía pronósticos. Pero el panorama no es uniforme: Europa tendrá un crecimiento proyectado entre apenas el 0.8% y 1.2%, atrapada en una crisis de identidad económica y política que sigue sin resolverse. Además, el proteccionismo de EU —dirigido especialmente contra China— podría desestabilizar cadenas de suministro y profundizar la creciente fragmentación económica global.

4. China tiene sus propios grandes problemas. Con un crecimiento proyectado de entre 3.8% y 4.5%, su transición económica enfrenta problemas estructurales, particularmente en su tambaleante sector inmobiliario. Las respuestas del gobierno han sido tibias, y no parece haber un plan claro para revitalizar su economía sin recurrir a las medidas de siempre: aumento del gasto en infraestructura, bajar tasas de interés, apoyo al sector inmobiliario y devaluar el yuan para fomentar exportaciones.

5. Para los mercados emergentes, la historia es aún más complicada. Aunque países como India podrían crecer al 7%, las perspectivas para el resto no son tan optimistas. Los retos incluyen desde una mayor competencia por atraer capitales hasta el impacto de las disputas comerciales entre las grandes potencias.

6. Finalmente, el 2025 estará marcado por riesgos políticos. Donald Trump parece empeñado en generar incertidumbre con políticas comerciales e impositivas poco claras. A esto se suman las tensiones con China, Rusia, Irán y Corea del Norte, que podrían escalar rápidamente de lo político a lo económico, afectando a todos.

En resumen, el 2025 parece encaminarse hacia un equilibrio precario, donde cada avance económico podría verse eclipsado por factores políticos y sociales. Las cifras son sólo un lado de la historia; los “peros” que las acompañan son los que realmente definirán el rumbo global. ¿Tendrán las instituciones internacionales la capacidad para prevenir una crisis mayor?

Facebook: Eduardo J Ruiz-Healy

Instagram: ruizhealy

Sitio: ruizhealytimes.com

Opinador, columnista, conferencista, media trainer, 35 años de experiencia en medios de comunicación, microempresario.

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