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Nearshoring: ¿mito o realidad?
Lo que pasa con los aeropuertos de México es un reflejo del incremento de las inversiones y de la vinculación de la economía mexicana con la estadounidense. Estos crecimientos son la consecuencia directa de que actualmente el 15.6% de todas las importaciones que realiza Estados Unidos provengan de México.
Es ya un concepto omnipresente en el mundo de los negocios; forma parte tanto de los discursos de los gobiernos como del sector empresarial. Pero ¿qué tanto está ocurriendo en los hechos y cómo está impactando el nearshoring en México?
Más allá del ruido alrededor del tema, comparto algunos datos desde la experiencia de Grupo Aeroportuario del Centro Norte (OMA), grupo que opera 13 aeropuertos en el país. La mirada es reveladora, pues se estima que las entidades en las que opera OMA concentran el 80% de todo el nearshoring que está ocurriendo, especialmente en el norte de México.
La evidencia muestra que la llegada de inversiones es una realidad, y esto se refleja en datos como el crecimiento en el número de pasajeros, volumen de carga y demanda de espacios en los parques industriales. Por ejemplo, en el caso de Monterrey –que es la ciudad que representa el mayor tráfico para el grupo–, el crecimiento desde el año pasado hasta la actualidad es del 22%, lo que ha llevado el número de pasajeros a superar los 13 millones anuales.
Este fenómeno se replica en otros puntos como Ciudad Juárez, en Chihuahua, donde el crecimiento en el número de pasajeros desde 2017 hasta la actualidad es del doble, con un crecimiento compuesto anual del 12% durante los últimos siete años.
Esta tendencia en destinos que son fundamentalmente de viajeros de negocios es consistente con el comportamiento en áreas como el manejo de carga, que en los últimos cinco años ha tenido un crecimiento anual compuesto del 16 por ciento. Para 2024, OMA proyecta un crecimiento del 20% en temas de carga terrestre y demanda de espacios para importaciones respecto al 2023, y en el caso del parque industrial en Monterrey, la expectativa es de un crecimiento del 44% en comparación con el año pasado, dada la creciente firma de contratos de arrendamiento por una mayor demanda de metros cuadrados industriales.
Estas cifras son interesantes porque lo que pasa con los aeropuertos de México es un reflejo del incremento de las inversiones y de la vinculación de la economía mexicana con la estadounidense. Estos crecimientos son la consecuencia directa de que actualmente el 15.6% de todas las importaciones que realiza Estados Unidos provengan de México.
Si bien esto ya es una realidad, hay, además, planes en puerta. De acuerdo con la Secretaría de Economía federal, se esperan inversiones en el país por 170,000 millones de dólares, y en entidades como Nuevo León, hay –según el gobierno del estado– 287 proyectos confirmados, 150 inversiones nuevas y 137 expansiones, lo que explica nuestras altas tasas de crecimiento en el último año.
Es importante mirar estos datos porque muestran, primero, que más allá del debate político –interno y externo– el fenómeno de relocalización de empresas sí está ocurriendo; segundo, que quienes toman decisiones de negocios tienen una mirada de largo plazo y están más atentos a los procesos de integración económica que a las noticias de los últimos días, y tercero, porque todos estos datos de inversiones –actuales y potenciales– nos obligan a seguir haciendo la tarea para poder responder a la demanda de servicios que habremos de enfrentar en el futuro inmediato.
*El autor es director general de Grupo Aeroportuario del Centro Norte.