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Opinión

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La oportunidad de una tregua interna

@campossuarez

@campossuarez

Donald Trump es una amenaza real para la estabilidad futura de este país y ante la incertidumbre, que habrá de traducirse en acciones concretas en apenas cuatro días, el gobierno mexicano opta por presentar una estrategia que, al menos en el papel, suena congruente. 

Si podemos entender el tamaño del problema que México tiene enfrente con este segundo mandato del republicano, bien merecería la pena plantear una tregua interna y en lugar de preocuparse por el origen de la moda italiana de quien presenta el Plan México, ver la rendija que abre el gobierno federal para plantear lo correcto.

Es un hecho que venimos de seis años de un populismo muy dañino en México, que sigue vigente como modelo de gobierno y que hizo de la polarización, la división interna y la violencia verbal la forma de ejercer el poder.

Siguen circulando, cada mañana, algunas de aquellas frases para mantener la polarización. Sin embargo, ni causan el mismo efecto, ni están todas las expresiones del sexenio pasado.

Como sea, la realidad que enfrentará México y el mundo dentro de apenas cuatro días y en adelante tiene que replantear el momento de la polarización interna.

El Plan México es irreal en la medida en que el gobierno mexicano no replantee sus estrategias en materia democrática, institucional, energética y de transparencia. En los temas de seguridad ya cambió el modelo, pero está lejos de dar resultados.

Nadie en su sano juicio arriesga más dinero en México si no hay instituciones democráticas, seguridad, electricidad, gas y jueces autónomos.

Sin embargo, el régimen pudo haber presentado el “Plan Masiosare” y fijar una postura de confrontación en contra del siguiente gobierno de Estados Unidos.

Pero lo que hicieron fue abrir una puerta para que el próximo gobierno estadounidense se compre el discurso de integración regional y no declare una suicida guerra comercial a sus vecinos del norte y del sur.

La clave real del Plan México la dio el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, un freno a China en el nombre de una integración norteamericana más robusta.

Esta salida, totalmente neoliberal, tiene que ser valorada por los férreos opositores al régimen de esta autollamada Cuarta Transformación. Básicamente porque es lo mismo que hubiera hecho un gobierno de otro color y porque los más radicales del propio régimen ya empezaron a bombardear al gobierno de la presidenta, Claudia Sheinbaum, por plantear esta salida pragmática.

A México, como a Estados Unidos, le conviene mucho más una relación comercial cercana y pacífica en la región que con China y sus países satélites y básicamente por que China no compra nada a la región, es un productor neto de exportaciones.

A cambio, claro, la sustitución de importaciones va a provocar aumentos en los precios, además de que los chinos se han especializado tanto que habrá productos imposibles de sustituir.

En fin, el punto es que, por ahora, con la cercanía del regreso de Trump, conviene más una tregua interna, una momentánea unidad nacional, ante la promesa del gobierno mexicano de hacer lo correcto.

Sin que haya un cambio en las convicciones, es simplemente atender al costo de oportunidad.

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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