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El panorama se complica más de lo previsto
La semana pasada, el Banco de México (Banxico) dio a conocer su Informe Trimestral, correspondiente al periodo octubre-diciembre del año pasado. Lo que más atrajo la atención de los medios fue el importante ajuste que el banco central presentó con relación a su estimación de crecimiento de la economía para este 2025, en comparación con la que había dado a conocer en el informe trimestral previo, el correspondiente a julio-septiembre de 2024.
La tasa de crecimiento del PIB para 2025, de acuerdo con la estimación más reciente de Banxico, se ubica en un rango de -0.2% a 1.2%, con una estimación puntual, en 0.6%. Es decir, en este primer año de la nueva administración de la presidenta Claudia Sheinbaum , la economía mexicana crecería a una tasa equivalente a la mitad de la tasa observada en el último año de la administración del presidente López Obrador, que fue de apenas un 1.2%, con cifras desestacionalizadas publicadas por INEGI.
Lamentablemente para México, la 4T puede presumir haber desacoplado a la economía mexicana del ciclo económico de los Estados Unidos. Al menos durante el sexenio del presidente López Obrador, el ritmo de crecimiento del PIB de México se comportó de manera distinta al de la economía de nuestro vecino del norte. Crecimos a una tasa anual promedio de 0.83%, mientras que ellos crecieron a una tasa promedio anual cercana a 2.4%. Es decir, desperdiciamos el ciclo de expansión de la economía estadounidense.
Digo lamentablemente, porque con las políticas erráticas desplegadas por Donald Trump , al frente del gobierno de los Estados Unidos, que han generado un mayor grado de incertidumbre incluso para los inversionistas dentro de esa economía, es probable que la tasa de crecimiento del PIB norteamericano se vea afectado de manera negativa, es decir, es probable que crezcan a un menor ritmo.
Para empezar está el dato de enero, que de acuerdo con estimaciones preliminares de un indicador equivalente al Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) del INEGI, que en el caso de Estados Unidos se conoce como el National Activity Index, del Banco de la Reserva Federal de Chicago, en el primer mes de 2025 registró un retroceso apenas perceptible, de 0.03%. Es decir, la economía de los Estados Unidos empezó 2025 con una muy ligera caída, pero nos ilustra desde ya el complicado panorama que se enfrentará en este año.
Así que si a la poco alentadora estimación de Banxico para el crecimiento del PIB de México en 2025, sumamos el panorama de aparente freno en el ritmo de crecimiento del PIB de EUA, y a la incertidumbre que está provocando de manera generalizada Donald Trump, con sus amenazas de aranceles por todos lados, que terminarán por dañar los flujos de comercio internacional, no nos extrañemos si al final de este 2025, la economía mexicana resulte con una tasa de crecimiento aún más baja que el mediocre 0.6% que ya anticipa Banxico.
La pregunta para la administración de la presidenta Sheinbaum es si realmente se cuenta con un plan para ayudar a que la economía mexicana transite por esta ambiente desafiante con la menor afectación posible, o seguiremos malgastando los escasos recursos presupuestales en obras que ya está claro tendrán una aportación de bajo impacto en el crecimiento potencial de la economía mexicana, como es el caso de la refinería de Dos Bocas o el Tren Maya, por citar dos ejemplos emblemáticos. O bien, si se seguirá adelante con los planes que consideran un papel más activo del gobierno en las actividades económicas.
Ya sabemos que el gobierno es muy mal empresario, que es muy malo para tomar decisiones de inversión. Por ello vale la pena preguntarnos si bajo el panorama que describo, ¿resulta oportuno que el gobierno se ponga a arriesgar de más los escasos recursos de los contribuyentes, y con ello, genere innecesariamente un riesgo de retroceso en la actividad económica en el mediano plazo?
*El autor es economista.