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Pensando con el estómago: el segundo cerebro y la importancia del intestino en la salud mental
¿Sabían que el intestino alberga aproximadamente 200 millones de neuronas, que son más que las que tiene la espina dorsal? Aunque nadie literalmente piensa con el estómago, la función de nuestro sistema digestivo va mucho más allá de solamente procesar la comida que ingerimos para convertirla en energía.
Especialistas han identificado la importancia de los procesos en los que participan las bacterias intestinales para comunicarse con el cerebro, algo que se ha denominado eje intestino-cerebro.
Hoy se sabe que el intercambio que se da entre el cerebro y el intestino ocurre a través de cuatro vías: la neuronal, la hormonal, la inmunitaria y la metabólica. Además, existe un proceso de comunicación a través del nervio vago, que conecta el cerebro con el abdomen y desempeña un rol importante en funciones vitales como la regulación de la frecuencia cardíaca.
La Psiquiatría Integrativa está enfocada en ver a las personas de forma integral. Uno de los pilares para la atención de la salud mental está directamente relacionado con el cuerpo y de forma específica en la regulación metabólica, la optimización de la función del cerebro, la modulación del sistema inmune y la desintoxicación del organismo, aspectos profundamente relacionados con el eje intestino-cerebro.
Incluso, cuando uno de mis pacientes acude a consulta con problemas intestinales, una de las primeras evaluaciones que realizo es para conocer su nivel de estrés, ya que aproximadamente el 80% de la serotonina —un neurotransmisor asociado a la felicidad, la ansiedad y el estrés— se encuentra en el tracto gastrointestinal. Por ello, puedo compartir con ustedes que la nutrición afecta el bienestar emocional de forma directa.
Cuando comemos alimentos saludables estamos promoviendo el crecimiento de las bacterias “buenas”, lo que, a su vez, afecta positivamente a la producción de sustancias químicas. Cuando el cerebro recibe estos mensajes positivos de manera clara, su efecto se ve reflejado en el estado mental.
Al contrario, cuando esta producción falla, el estado de ánimo se ve afectado de forma negativa. El azúcar, por ejemplo, es considerado como una de las causas principales de inflamación y como promotor del crecimiento de bacterias “malas” en el aparato gastrointestinal.
Una alimentación rica en nutrientes ayuda a que las personas suframos menos cambios en el estado de ánimo y a mejorar nuestra capacidad para concentrarnos. Los alimentos integrales y no procesados pueden ayudar a controlar los síntomas de depresión y ansiedad. Mientras que una alimentación poco saludable se ha asociado con un mayor riesgo de padecer demencia y otros trastornos mentales.
Aunque cada persona es única, hay recomendaciones generales que es importante que conozcan si quieren ir formando hábitos más saludables que contribuyan a mejorar su salud mental:
• Consume más fibra. Los alimentos vegetales, sobre todo, contienen fibra, que ayuda al cuerpo a absorber la glucosa a un ritmo adecuado para evitar las subidas y caídas de azúcar.
• Incluye alimentos ricos en antioxidantes. Estos ayudan a combatir la inflamación. Las encuentras en bayas (fresas, arándanos, entre otros), vegetales de hoja verde, cúrcuma y los alimentos que contienen ácidos grasos como el salmón y las semillas de chía.
• Considera el consumo de ácido fólico. Este tipo de vitamina B ayuda con la producción de dopamina sin forzarla a aumentar. Se encuentra en vegetales de hoja verde y lentejas, entre otros.
• Incorpora vitamina D. Ya que ayuda con la producción de serotonina y aunque, por lo general, se obtiene de la exposición al sol, los hongos son una buena fuente esta vitamina.
• Integra al magnesio. Ya que este mineral influye positivamente desde la función nerviosa y muscular hasta el mantenimiento de una frecuencia cardíaca regular. Una carencia de minerales puede dañar las bacterias presentes en el intestino y causar síntomas similares a los de la depresión y la ansiedad. El magnesio se presenta en los granos de cacao, las almendras, la espinaca y otros vegetales de hoja oscura, las bananas y los frijoles.
Comparto este tema hoy con ustedes ya que conforme avanzamos al cierre de año, con las celebraciones haciéndose más presentes en nuestras vidas, es importante que tomemos en nuestras manos nuestro bienestar físico y mental. Cuando incluimos alimentos naturales, estamos facilitando que nuestro cuerpo obtenga más vitaminas y nutrientes, que, además, tienen numerosos beneficios psicológicos.
¡Hasta la próxima!