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Opinión

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Políticas para empobrecer al vecino

Así denominó el economista inglés, John Maynard Keynes, a las políticas arancelarias que aplicó Herbert Hoover como presidente de Estados Unidos en el periodo 1929-1933. Precipitó la Gran Depresión, la ahondó y de paso arruinó a todo el mundo. 

Estableció aranceles unilaterales a costa de sus vecinos con la intención de recuperar a la economía estadounidense. Inmediatamente protestaron los gobiernos de Francia, Italia, India y Australia. Pero fue tarde.

Canadá elevó los derechos aduaneros en 30% y todos los países europeos siguieron con la misma orientación. A estos eventos se sumaron otros como devaluaciones monetarias proteccionistas. El conjunto de medidas aplicadas redujo el comercio internacional. Las importaciones estadounidenses bajaron a un tercio y lo mismo pasó con las exportaciones. La producción industrial de Estados Unidos se redujo en 46% y en Alemania en 42 por ciento. El PIB estadounidense bajó en 26 por ciento.

El comercio mundial cayó en 66% de 1929 a 1934. El consumo se desplomó, se activó la deflación y se multiplico el desempleo. Toda la población mundial se vio afectada en sus ingresos y en los servicios sociales.

La llegada del demócrata Franklin Delano Roosevelt a la presidencia de Estados Unidos fue un alivio. Keynes, el gran economista propuso el gasto público deficitario para aumentar la demanda y subir la producción y el empleo. Se inició la salida del desastre. Dice Finn Kydland, premio Nobel de Economía 2004: “los políticos que ponen trabas al comercio son ignorantes y carecen de visión de futuro”.

De realizarse lo que ahora son amenazas de Trump de aplicar aranceles a las importaciones que hace Estados Unidos de México, Canadá y China, tendrían un efecto negativo tanto para la economía estadounidense como para los países afectados. Ante esta posibilidad, es necesario realizar un fuerte esfuerzo diplomático.

Mas allá de la diletante actitud de si Trump lo decidiría o no debido a que utiliza las amenazas para negociar, hay que mostrar las cifras de los efectos que tendrían esos aranceles en el contexto de la política exterior.

Ante la intención de Trump de la aplicación de aranceles a México, si no se reduce la migración hacia su país y si continua la exportación de fentanilo, la Presidenta de México respondió que en nuestro país se están implementando medidas para atender estos problemas.

También el presidente estadounidense, Joe Biden, señaló lo inconveniente de afectar la relación con México y Canadá. Dijo: “La última cosa que necesitamos hacer es comenzar a arruinar esas relaciones, es contraproducente”.

La llegada del “Trumponomics” al gobierno de Estados Unidos es un exceso. Son hombres de negocios que no les importa que se sacrifiquen empleos, que se eleve la inflación, que se afecten los servicios sociales. Es un capitalismo dirigido por los poderosos en el que el dinero importa por encima de todo. Es el poder sin responsabilidad social. Lejos, muy lejos, de las raíces progresistas de Franklin D. Roosevelt y de Lyndon B. Johnson.

Estados Unidos y Europa, además de representar 50% del PIB mundial, lo que significa tener una influencia definitiva en las políticas económicas del mundo, constituyen el sostén del modelo democrático, aun con sus fragilidades.

Escritor y licenciado en economía, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. De 1984 a 1990 fue embajador de México ante el Reino de Dinamarca, donde se le condecoró con la orden Dannebrog.

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