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Opinión

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El problemático dólar

Solo una nueva expectativa de fuerte relajación monetaria podría debilitar al dólar de manera generalizada. Si no se da el caso, es difícil pensar que las presiones para que suba el dólar contra el resto de las monedas en el mundo se van a retirar de la mesa.

El Banxico tiene aun espacio para reducir las tasas de interés.

El Banxico tiene aun espacio para reducir las tasas de interés.foto ee: gilberto marquina

Ningún presidente en Estados Unidos, hasta donde tengo memoria, se atreve a mencionar que su objetivo es debilitar al dólar. Es muy potente desde el punto de vista político expresar el deseo de un dólar fuerte como síntoma del éxito de las políticas económicas a aplicarse. 

Después de la reciente elección, con el resultado tan abrumador a favor del partido republicano y con Donald Trump de nuevo en la presidencia, el dólar ha retomado un fuerte brío en los mercados globales.

Desde finales de septiembre el dólar ha escalado su valor contra la mayoría de las monedas en el mundo. El índice DXY (por sus siglas en inglés) que integra la cotización del dólar contra una canasta de monedas, el dólar ha repuntado poco más de 6 por ciento. Después de la elección, en unos cuantos días, el repunte ha sido cercano al 3 por ciento.

El movimiento no es normal, pero tiene algunas explicaciones. Por una parte, los inversionistas globales anticipan que el nuevo gobierno podrá llevar a cabo reducciones de impuestos y una política de gasto más agresiva; lo primero es un incentivo para muchas empresas multinacionales para repatriar dinero hacia Estados Unidos.

Lo segundo implica que posiblemente la Reserva Federal no necesita bajar en mayor magnitud las tasas de interés si el crecimiento se mantiene firme o se acelera.

El impacto del movimiento del dólar es múltiple. En Europa seguirán reduciendo la tasa de interés y un Euro débil colabora en la tarea de recuperar algo de tracción en el crecimiento.

En Japón, el banco central parece retraerse de su intención de elevar las tasas y un movimiento de debilitamiento del yen apoya tal decisión.

En el mundo emergente, por el contrario, las devaluaciones son razón de preocupación. Por una parte, el endeudamiento en la moneda verde no ha dejado de crecer entre las economías emergentes, ello implica que el valor de las deudas se vuelve más oneroso a pesar de la expectativa de menores tasas de interés.

Por la otra, hay una fuerte presión para los bancos centrales de mantener tasas de interés elevadas para prevenir más devaluaciones y contener de alguna manera algún posible repunte de la inflación.

Otro aspecto interesante es que un dólar fuerte es un elemento que compensaría el impulso proteccionista del nuevo gobierno.

Es fácil intuir que el establecimiento de tarifas, que las habrá seguramente, podría verse nulificado en su labor de encarecer los bienes importados si el dólar sigue repuntando.

Aunque no lo vayan a reconocer, el gobierno entrante tendría más colaboración de un dólar débil para lograr sus propósitos.

Tal parece, dentro de la nueva dinámica que se avecina desde el punto de vista fiscal, que volveremos a tener que poner el foco en lo que haga la Reserva Federal (Fed).

Solo una nueva expectativa de fuerte relajación monetaria podría debilitar al dólar de manera generalizada. Si no se da el caso, es difícil pensar que las presiones para que suba el dólar contra el resto de las monedas en el mundo se van a retirar de la mesa.

Si Trump es agresivo, el alza del dólar también puede serlo.

En el caso de México, se podría argumentar que el Banco de México tiene aun espacio para reducir las tasas de interés. Pero la Junta de Gobierno no puede hacer oídos sordos a eventuales presiones sobre el tipo de cambio y a un posible límite más cercano de las tasas de interés en el exterior en su movimiento actual de baja; ambos elementos podrían reprimir también aquí un movimiento más agresivo de baja de tasas.

Por lo pronto la volatilidad será dueña de los mercados cambiarios por un rato, mientras se declaran y aprueban nuevas políticas que apuntan a cambiar una buena parte de la dinámica en las economías.

*Rodolfo Campuzano Meza es director general de Invex Operadora de Sociedades de Inversión.

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