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La recesión ya estaba en el horizonte, después llegó Trump
Los signos sobre un retroceso en la actividad económica de nuestro país en 2025 empiezan a ser cada vez más visibles. Ya sabemos que las amenazas comerciales del presidente Trump sobre México, Canadá y otros países que hasta este año se consideraban socios cercanos de Estados Unidos, han provocado tal desorden, en parte porque la trillada imposición de aranceles a las importaciones provenientes de estos países se ha caracterizado por el alto grado de incertidumbre, ya sea con relación al momento en que entrarán en vigor los aranceles, o también con relación a los tipos de productos o bienes sobre los que recaerán dichos aranceles.
Ese ambiente por sí solo afecta decisiones económicas relevantes de las empresas, como el monto que destinarán como inversión este año, para construir una nueva planta de manufactura, por ejemplo, o para modernizar una existente, por un lado; o bien, sobre el número de empleados adicionales que contratarán para lanzar una nueva línea de producción, por citar algunas decisiones. Este comportamiento se ha empezado a documentar en Estados Unidos, por lo que ya diversos analistas anticipan una reducción importante en el ritmo de crecimiento de la actividad económica en ese país.
En México, tal comportamiento aún no se ha documentado, en parte por una especie de miopía empresarial que se ve reflejada en una suerte de luna de miel de muchos empresarios con el gobierno encabezado por la presidenta Sheinbaum. Hasta hoy, se siguen observando anuncios sobre supuestas inversiones privadas que se realizarán en México a partir de este año, algunas de gran magnitud. Ya habrá oportunidad de observar en 2026 si esas inversiones en realidad se materializaron, o si solo fueron producto de una tentación de propaganda. Me atrevo a anticipar que en muchos casos observaremos esto último.
Sin embargo, las desventuras de la economía mexicana no aparecieron como producto de las erráticas decisiones en materia de política pública por parte de Trump. En todo caso se exacerbaron. La economía mexicana ya se encontraba en ruta de marcada desaceleración desde la segunda mitad del año pasado. No estamos inventando el hilo negro si afirmamos que el problema de bajo crecimiento de la economía mexicana durante el sexenio del presidente López Obrador y en el inicio del gobierno de la presidenta Sheinbaum se asocia a la obsesión por desmantelar no solo el andamiaje institucional que era consistente con un estado más regulador que con un estado empresario como lo quiere la 4T, sino también, a esa obsesión por desmantelar las reglas para el funcionamiento de la economía mexicana, que si bien eran susceptibles de importantes mejoras, generaban certeza para la inversión.
Como ya lo he comentado en este espacio, a lo anterior todavía hay que adicionar el daño que provocará la locuaz idea de reemplazar el Poder Judicial mediante el voto directo, que además de generar incentivos perversos que influirán sobre las decisiones de los nuevos jueces, magistrados y ministros, que muy probablemente privilegiarán la popularidad por encima de la coherencia jurídica y apego al estado de derecho, también se traducirán en un muy importante daño para la economía mexicana y para la impartición de justicia en general, por la costosa curva de aprendizaje que ocasionará que muchos asuntos que podrían haberse resuelto en definitiva durante 2025 y 2026, terminen resolviéndose hasta 2027 o aún después. Eso por supuesto que genera un daño a la economía, que pocos se han atrevido a cuantificar.
Adicionalmente, padecemos un importante desafío en materia de finanzas públicas que resulta de las políticas mal diseñadas durante el gobierno del presidente López Obrador, que al cierre de su administración no solo había incrementado de manera notoria el nivel de endeudamiento del sector público, medido como porcentaje del PIB, sino que además dejó las finanzas públicas en estado de fragilidad por el importante desbalance entre los ingresos y el gasto público que tomará tiempo regresar a una situación más balanceada.
En esa trayectoria de franco deterioro nos encontrábamos ya cuando reapareció Trump con sus amenazas. Por lo pronto, en su colaboración de ayer en Reforma, Alejandro Werner, ex subsecretario de Hacienda y Crédito Público, reafirmó su pronóstico de una recesión para la economía mexicana en este año. Cada vez toma más forma ese escenario.
*El autor es economista.