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Recesión a la vista, ¿y el piloto?

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"Si las crisis se resolvieran con frases motivacionales, este gobierno sería potencia mundial…" - Macraf.

Dice la sabiduría popular que a cada santo le llega su fiesta, y en materia económica, México parece estar recibiendo su invitación. En un contexto global incierto, donde las decisiones externas impactan directamente en la estabilidad nacional, la reciente imposición de un arancel del 25% a las exportaciones automotrices mexicanas por parte de Estados Unidos añade presión a una economía que ya mostraba signos de fragilidad. Esta medida, anunciada hace apenas unas horas, no es un golpe menor: afecta directamente a uno de los sectores clave del país, poniendo en jaque miles de empleos y la confianza en el comercio exterior.

Lo advertí la semana pasada en mi colaboración titulada La economía fuerte en discursos: el problema no es solo externo, sino el resultado de una cadena de malas decisiones internas. El sexenio pasado dejó una herencia de errores estratégicos y el actual gobierno, lejos de corregir el rumbo, ha demostrado una preocupante incapacidad para gestionar los desafíos económicos. La consecuencia lógica de este escenario es la entrada en un periodo recesivo, un fenómeno que no solo ralentiza el crecimiento, sino que puede llevar a una contracción económica, con efectos directos en el empleo, el consumo y la inversión.

Si bien el concepto de recesión económica parece un término técnico distante para muchos, en la práctica se traduce en una realidad tangible: más desempleo, menor capacidad de compra y un mercado interno debilitado. En otras palabras, el dinero alcanza para menos y los bolsillos se resienten. Por ello, es crucial que cada uno de nosotros tome precauciones en la administración de sus recursos. Como dice la sabiduría popular, "quien gasta todo lo que tiene, termina gastando lo que no tiene".

¿Cómo prepararse ante la tormenta?

A diferencia de otros indicadores económicos, la recesión no se anuncia con precisión anticipada. No hay una fecha exacta en la que comienza, pues su identificación ocurre cuando el daño ya está hecho. Por ello, las decisiones financieras que tomemos hoy determinarán nuestra capacidad de resistencia en los próximos meses.

Primero, es esencial proteger la principal fuente de ingresos. Si tiene un empleo estable, piénselo dos veces antes de renunciar o cambiar de trabajo en estos momentos. La liquidez será clave en los próximos meses y, en un entorno de incertidumbre, la estabilidad laboral es un activo invaluable.

En segundo lugar, evite endeudarse innecesariamente. Si ya tiene compromisos financieros, priorice su pago y reestructure sus gastos para no caer en morosidad. El aumento de tasas de interés y la posible contracción del crédito pueden hacer que las deudas sean más difíciles de manejar en el mediano plazo. Si aún no tiene compromisos financieros, este no es el momento de adquirirlos.

Otro aspecto fundamental es la gestión del consumo. Defina con claridad sus necesidades básicas y ajuste su presupuesto en función de ellas. No se trata de eliminar por completo el gasto en ocio, sino de encontrar un equilibrio que le permita mantener una estabilidad financiera sin comprometer su calidad de vida.

Finalmente, no pierda de vista que las decisiones gubernamentales jugarán un papel determinante en la duración y profundidad de la recesión. La reciente llegada del nuevo titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público será clave en la respuesta del país ante este desafío. Tanto él como el equipo de asesores económicos de la presidentA deberán diseñar estrategias efectivas para mitigar el impacto de la crisis. Sin embargo, la historia reciente nos recuerda que la peor decisión en estos casos es la inacción. Apostar a que la tormenta pasará por sí sola solo garantiza que el daño será mayor.

México enfrenta una prueba económica crucial, y cada decisión cuenta. La pregunta es si el gobierno estará a la altura del reto o si, como su antecesor, seguirá creyendo que los problemas se resuelven con discursos. Porque al final del día, cuando se ignoran las señales de advertencia, el golpe de realidad suele ser más doloroso.

* El autor es académico de la Escuela de Gobierno y Economía y de la Escuela de Comunicación de la Universidad Panamericana, consultor experto en temas económicos, financieros y de gobierno, director general y fundador del sitio El Comentario del Día y conductor titular del programa de análisis: Voces Universitarias.

Contacto y redes: https://eduardolopezchavez.mx/redes

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