Lectura 3:00 min
La renegociación del T-MEC: Agua, energía y agricultura bajo escrutinio
A cuatro años de su entrada en vigor, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se acerca a su primera revisión en 2026. Este ejercicio, contemplado en la cláusula sunset del acuerdo, podría transformarse en una renegociación más profunda, especialmente ante las señales del presidente estadounidense Donald Trump de buscar modificaciones. Sectores críticos como el agua, la energía y la agricultura se perfilan como puntos centrales de debate.
En el ámbito del agua, si bien el T-MEC no aborda directamente la gestión de recursos hídricos compartidos, las tensiones bilaterales entre México y Estados Unidos son evidentes. El Río Colorado y el Río Bravo-Grande son fuentes vitales para millones de personas en ambos lados de la frontera, enfrentando desafíos crecientes por el uso excesivo, el cambio climático y la contaminación. Aunque existe el Tratado de Aguas de 1944, la creciente escasez y las disputas por la asignación podrían indirectamente influir en las discusiones del T-MEC, especialmente en lo referente a la estabilidad y la cooperación regional.
El sector energético ya es foco de controversia bajo el T-MEC. Estados Unidos y Canadá han activado el mecanismo de solución de disputas en relación con las políticas energéticas de México, alegando un trato desfavorable a sus empresas en beneficio de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex). Estas preocupaciones se intensifican ante las posibles reformas constitucionales en México que limitarían aún más la participación privada en el sector. La “cláusula trinquete” del Capítulo 14 (Inversión) del T-MEC podría ser clave, impidiendo que México retroceda en la apertura de su economía a la inversión extranjera en energía. Una renegociación podría buscar clarificar o fortalecer las disposiciones sobre inversión en energía, generando certidumbre jurídica para las empresas extranjeras.
En la agricultura, la disputa sobre el maíz genéticamente modificado es un ejemplo palpable de un debate existente. Estados Unidos argumenta que las medidas de México, incluyendo el rechazo a autorizaciones de importación de maíz transgénico, contravienen las disposiciones del T-MEC, particularmente el Capítulo 2 (Trato nacional y acceso a mercados) y el Capítulo 9 (Medidas sanitarias y fitosanitarias), que exigen evidencia científica para restricciones comerciales; un panel del T-MEC falló a favor de Estados Unidos en este caso.
La revisión de 2026 representa una coyuntura crucial para el T-MEC. La resolución de las controversias activas y la alineación de las políticas públicas entre los tres países serán fundamentales para asegurar la estabilidad del marco regulatorio comercial trilateral. Una posible renegociación, impulsada por los intereses de la nueva administración estadounidense, podría buscar cambios sustanciales en sectores sensibles redefiniendo los términos del intercambio comercial en América del Norte. La capacidad de México y Canadá para defender sus intereses y buscar soluciones beneficiosas será determinante en el futuro del acuerdo comercial.
El autor es Director de Desarrollo de Negocios en la Embajada de Israel en México. Egresado en Relaciones Internacionales con especialidad en Economía Global por la Universidad Anáhuac México. Integrante de la UER de Energía y Sustentabilidad del COMEXI. Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva del autor.