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Hacia la renovación de la CNDH
Los organismos defensores de los derechos humanos desempeñan un papel crucial en la promoción y protección de la dignidad humana en todo el mundo, en un contexto global donde la violencia, la discriminación y la opresión siguen siendo comunes.
Esta semana será crucial para la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en México. El miércoles, las comisiones de Justicia y de Derechos Humanos del Senado elegirán, entre los 47 aspirantes, las tres personas que reúnen el perfil idóneo para ser titular de la Presidencia de la CNDH para el periodo 2024-2029.
Es preciso evitar, a toda costa, la repetición del proceso viciado que se registró en 2019, cuando la mayoría de Morena eligió a Rosario Piedra. Las consecuencias de las inconsistencias registradas en aquella elección saltan a la vista: una CNDH sin credibilidad ni confianza pública.
Rosario Ibarra no tiene en la bolsa la reelección que busca. Organizaciones no gubernamentales y colectivos de víctimas han criticado el entreguismo de Piedra Ibarra a los intereses oficiales, solapando los abusos del poder político, especialmente de las Fuerzas Armadas.
Varios nombres destacan entre los aspirantes a dirigir los destinos de la CNDH por los próximos cinco años, por su capacidad, experiencia y probidad acreditadas:
Nashieli Ramírez, quien es titular de la Comisión de Derechos Humanos en la Ciudad de México desde 2017, tras ser ratificada en el cargo en 2021; Tania Ramírez Hernández, directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y el abogado Carlos Pérez Vázquez, respaldado por su amplia trayectoria en la promoción y defensa de los derechos humanos en el Poder Judicial.
La CNDH tiene en estos tres perfiles, la oportunidad de recobrar su legitimidad y ponerle cara a las resistencias que a cada paso oponen las instituciones del Estado, especialmente las fuerzas de seguridad y de justicia.
Se trata de especialistas reconocidos, incluso internacionalmente en el caso de Carlos Pérez, que dejarán atrás la soberbia y autoritarismo con el cual operó Rosario Ibarra al interior de la institución, donde las personas especialistas en el Protocolo de Estambul eran obligadas a desestimar los casos de tortura y, ante su negativa, fueron destituidos.
Este es un dato que dimensiona el tamaño del engaño. Entre 2020 y 2023, de las mil 664 quejas contra la Sedena y las mil 816 quejas contra la Guardia Nacional, la CNDH sólo emitió 26 y 13 recomendaciones, respectivamente.
Llegó la hora. La renovación de la CNDH es la oportunidad para atender con toda responsabilidad, sensibilidad y decisión los problemas profundos y sistémicos de violaciones de derechos humanos en México, como la violencia de género, las desapariciones forzadas y los abusos por parte de las fuerzas del orden.
Para lograrlo, es indispensable reforzar la Independencia con un nuevo liderazgo que se comprometa a actuar de manera independiente para restaurar la confianza pública y política en la Comisión. También se precisa poner en marcha cambios institucionales, reestructurar los procesos internos, mejorar la gestión de recursos y optimizar la capacitación del personal.
Una tarea ineludible será fortalecer la relación de la CNDH con la sociedad civil, promoviendo una colaboración más estrecha con organizaciones de derechos humanos para facilitar una respuesta más efectiva a las violaciones de derechos.
Nashieli Ramírez, Tania Ramírez y Carlos Pérez Vázquez tienen el temple suficiente para aumentar la visibilidad de la CNDH y fomentar un diálogo más amplio sobre los derechos humanos en México.
P.D. Buena actuación de un guardia de seguridad. Una buena entre tantas malas.
Resulta que el pasado mes de agosto en la Unidad Médica Familiar 20 Caucel del Instituto Mexicano del Seguro Social con sede en Yucatán, el guardia de seguridad privada Landi Durán, perteneciente a la empresa que brinda este servicio en las instalaciones del IMSS, detectó que la tapa de un cajero automático se encontraba abierta. El guardia procedió a resguardar la zona donde se encontraba el cajero para evitar que otras personas tuvieran acceso e informó al administrador de la unidad médica y a la secretaría de seguridad pública local para que tomaran acciones, de acuerdo al protocolo establecido.
Desgraciadamente cada vez es menos común escuchar este tipo de acciones, por lo que sería deseable que las autoridades otorgaran un reconocimiento a esta persona que con su actuación demostró que todavía hay personas honestas.