Lectura 3:00 min
Sembrando coral
En los arrecifes de coral, a pesar de que sólo cubren 0.2% de la superficie del océano, vive una enorme diversidad de organismos y de estos ecosistemas depende 25% de la vida que existe en el mar, ya sea porque ahí se refugian, se alimentan o van a reproducirse.
Los arrecifes de coral, además de hermosos, generan muchos beneficios: protegen a las costas de los efectos de tormentas y huracanes, permiten actividades turísticas para gozar su belleza y producen una larga lista de organismos que se pescan y consumimos como alimento.
Estos arrecifes son seres muy interesantes, porque lo que aparentemente vemos como un individuo, en realidad es una compleja asociación de miles de pequeños organismos que forman coloniales.
Como muchos de los ecosistemas marinos del mundo, los arrecifes de coral están en riesgo y en serio deterioro. Uno de los informes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente muestra que desde en el 2009 se perdió 14% de estos ecosistemas y pronostican que para el 2050 desaparecerán, si no tomamos medidas urgentes.
En nuestro país se estima que 39% de los arrecifes está en riesgo, particularmente en Veracruz y Quintana Roo.
Y, como en el resto del mundo, en México hay también varios grupos que trabajan en el repoblamiento de corales. En unos casos, esta siembra empieza con la recolección de fragmentos de coral, se fijan en estructuras que se cultivan en viveros submarinos y luego se distribuyen y cuidan para llevar a repoblar sitios donde han desaparecido.
También colectan gametos o células reproductivas en las temporadas de desove, se llevan a laboratorio y allí se deja que se dé el entrecruzamiento entre los gametos masculinos y femeninos; se deja que las larvas se asienten sobre la superficie de algunas estructuras y una vez que han alcanzado unos centímetros, se llevan al mar.
Estas técnicas son posibles porque los corales se reproducen sexual y asexualmente. Sexualmente al unirse la célula masculina y femenina para dar origen a un nuevo organismo, o bien, asexualmente a partir de un pequeño trozo de coral, como sucede con los esquejes de una planta.
Es cierto que lo más importante para salvar a los arrecifes de coral es contener las descargas de aguas residuales sin tratar que vienen de tierra, o eliminar las escorrentías que arrastran plaguicidas que los afectan, y por supuesto detener la emisión de contaminantes que generan el aumento de la temperatura del mundo; pero estos esfuerzos de repoblamiento son también muy importantes y abren una rendija de esperanza.
En este esfuerzo ha estado trabajando la Conanp en Quintana Roo y también el grupo Efecto Arena, en La Paz B.C. Ambos han reintroducido miles de colonias al mar. Han experimentado técnicas reproductivas, materiales para que se asienten las larvas y buscado sitios que protejan a los corales de los problemas provenientes de tierra, como las aguas contaminadas o el paso de pies y aletas poco cuidadosas con la frágil belleza de estos organismos.
*Subsecretaria de Biodiversidad y Restauración Ambiental, en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Gobierno de México.