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Small is beautiful. La filosofía de Schumacher que aplica a todo lo que promete ser pequeño pero exitoso
En la edición del pasado lunes 19 del New York Times, apareció una interesante nota sobre la aparición y éxito de pequeñas marcas de streaming que están logrando generar resultados positivos en un universo donde gigantes como Netflix, Disney y Amazon dominan el escenario normal. Pero, ¿Por qué no, marcas como Hallmark pueden lograr éxito con el lanzamiento de un servicio de streaming dirigido a su nicho específico de audiencia que busca lo que ellos pueden ofrecer?
En un mundo en el que existen quienes valoran los hoteles boutique, los “farmer’s markets” y las ediciones limitadas de relojes o bolsas, no parece tan absurdo preferir suscribirse a alguna plataforma de video que ofrezca un contenido más dirigido a quien yo soy. Este es el nicho en el cual marcas como Hallmark, están valorando como mercados apropiados para su oferta.
Y hace sentido. La marca Hallmark personifica el detalle. El tomarse el tiempo para escribir una tarjeta de felicitación, acordarse de una fecha importante, el ser generoso, el celebrar un momento o una relación. Características, que tienen en común valores que hace más de 50 años ya nombraba Schumacher en su libro Small is beautiful o “lo pequeño es hermoso” Entre estos valores, Schumacher promovía el desarrollo económico a escala humana, la economía sostenible, evitar el consumismo desmedido, etcétera.
Y, efectivamente, de acuerdo con el artículo citado, en la segunda mitad de 2022, más de 24 millones de personas compraron al menos una suscripción a alguna plataforma de nicho. Sin embargo, para la segunda mitad de 2023 ese número se duplicó a más de 51 millones de suscripciones. La necesidad de los gigantes de recortar gastos, masificando contenido y aumentando precios de suscripciones o adoptando patrocinadores, ha abierto las puertas a un pequeño pero sólido nicho en el cual ciertos suscriptores prefieren salirse del “mainstream entertainment” y concentrar sus presupuestos en plataformas que vayan más acorde con quien ellos son. Para marcas como Hallmark, universos de suscriptores infinitamente menores que para los gigantes, siguen siendo atractivos y redituables, pues el costo de su contenido es también menor.
En un mundo y una era en la que prácticamente todo es posible, lo pequeño también es hermoso y hace sentido de negocio.