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Opinión

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Mientras tanto, China

@campossuarez

@campossuarez

Recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó una revisión de sus estimados de crecimiento económico global y de una lista de países.

La novedad de esta revisión es que incorporaba los efectos que este organismo estima que tendrán los cambios en la política arancelaria de Estados Unidos.

Por supuesto que en el régimen mexicano no cayó nada bien descubrir que este país es el único que tiene un escenario de dos años consecutivos de caída del Producto Interno Bruto por la combinación de las políticas internas con el neoproteccionismo de Donald Trump.

Nadie se sorprendió porque el más grande boicot a México se ha dado desde la autodenominada Cuarta Transformación y la combinación con lo que ahora pretende Trump ha sido la puntilla para las expectativas de este país.

Fue tanto el disgusto que la presidenta, Claudia Sheinbaum, reclamó a la OCDE y dijo que sería mejor que sugirieran qué hacer en lugar de sólo lanzar estas noticias.

Sólo que la OCDE ya se había tomado esa molestia desde diciembre pasado en su Country Note para México, donde claramente había apuntado los efectos negativos de la Reforma Judicial, por la generación de incertidumbre y el deterioro de la confianza.

Y también la OCDE, ante esa inquietud de qué hacer, consideraba que sería necesario meterse en temas fiscales como ampliar la base de contribución del Impuesto sobre la Renta, ampliar no es subir la tasa a los cautivos, y usar de mejor manera el impuesto Predial, que es un gravamen local.

Ese es México; otro gobierno que ha reaccionado a las bajas en la revisión de las estimaciones de crecimiento es China, que, más que rechazar la nueva expectativa de crecer “tan solo” a 4.8%, como estima la OCDE, reta a que podrá alcanzar 5% de expansión este año y plantean cómo hacerlo.

China no es un ejemplo para seguir, porque el costo social de no vivir en un país democrático es muy alto para obtener a cambio solamente altas tasas de crecimiento del PIB, pero no se les puede regatear que tienen claro cómo contrarrestar las políticas de Trump.

El Consejo de Estado de la República Popular de China emitió un “plan especial de acción” que busca enfocar las baterías de su crecimiento en el consumo interno.

Lo esencial de su plan de gasto del consumidor es dotar a sus ciudadanos con más recursos, tal como ya lo ha hecho con planes anteriores, como el del verano pasado que repartió bonos para la compra de autos y bienes duraderos.

Ahora el gran estado omnipotente chino busca financiar aumentos de ingresos y prestaciones en los ambientes urbanos, apuntalar el maltrecho mercado inmobiliario y dotar de financiamiento a las actividades agropecuarias.

El Banco Popular de China (su banco central) puso sobre la mesa el equivalente a 30,000 millones de dólares para mantener la liquidez de su sistema bancario y que camine su plan de consumo.

En fin, que China, que cambia pragmatismo por opresión, hace lo que quiere para contrarrestar el plan de aranceles de Trump y se puede fijar una meta de crecimiento de 5% este año. El único que puede jugar al tú por tú con Estados Unidos.

Desde diciembre pasado la OCDE, en su Country Note para México, señaló los efectos negativos de la Reforma Judicial, por la generación de incertidumbre y el deterioro de la confianza.

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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