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Opinión

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Otra vez un virus nos acecha...

"Lecciones no aprendidas y un futuro incierto"

Al cerrar el telón del 2024, nos encontramos en una encrucijada crítica para la salud pública global y nacional. Un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista Nature revela una realidad alarmante: el virus de la influenza aviar H5N1 está evolucionando rápidamente y expandiendo su rango de huéspedes, incluyendo mamíferos. Esta situación plantea un riesgo pandémico sin precedentes que no podemos ignorar.

El artículo detalla cómo el H5N1, anteriormente confinado principalmente a Asia y aves de corral, se ha propagado globalmente desde 2020. Lo más preocupante es su capacidad para infectar y transmitirse entre mamíferos, como se ha observado en visones europeos, mamíferos marinos en Sudamérica y, más recientemente, en ganado lechero en Estados Unidos. Estos eventos de transmisión entre mamíferos son pasos cruciales hacia una potencial adaptación al ser humano.

Frente a esta amenaza latente, es imperativo reflexionar sobre nuestra preparación y capacidad de respuesta. Lamentablemente, la experiencia reciente con la pandemia de Covid-19 en México deja mucho que desear. Nuestro país registró una de las tasas de mortalidad más altas del mundo, con un exceso de mortalidad que superó las 600,000 muertes. Este sombrío resultado es un testimonio de la inadecuada gestión de la crisis por parte del gobierno federal, caracterizada por una nula anticipación desde el reporte en China en diciembre del 2019, la respuesta tardía y confiada basada en ideología y no en evidencias, falta de pruebas masivas, y un sistema de salud debilitado por años de negligencia y recortes presupuestarios.

La pandemia de Covid-19 debería haber sido un llamado de atención para fortalecer nuestros sistemas de salud y prepararnos para futuras amenazas. Sin embargo, el presupuesto aprobado para el 2025 no refleja un cambio significativo en esta dirección. La inversión en vigilancia epidemiológica, investigación en salud pública y fortalecimiento de la infraestructura sanitaria sigue siendo insuficiente. Esto es particularmente preocupante considerando los desafíos que plantean los determinantes ambientales de la salud, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, que aumentan el riesgo de nuevas enfermedades zoonóticas.

El estudio sobre el H5N1 subraya la importancia de la vigilancia genómica y la colaboración internacional. Sin embargo, México ha quedado rezagado en estos aspectos. Nuestra capacidad de secuenciación genómica es limitada, y la participación en redes globales de vigilancia de influenza es insuficiente. Esto nos deja vulnerables y mal preparados para detectar y responder rápidamente a nuevas variantes virales que puedan surgir.

Además, la amenaza del H5N1 resalta la necesidad de un enfoque "Una Salud" que reconozca la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental. Sin embargo, la coordinación entre los sectores de salud pública, veterinaria y medio ambiente en México sigue siendo débil. El presupuesto del 2025 no contempla inversiones significativas para fortalecer esta colaboración intersectorial, dejándonos mal equipados para abordar las complejidades de las enfermedades zoonóticas emergentes. Debiera haber un llamado a la acción nítido y sonoro por parte del Consejo de Salubridad General.

La situación actual del H5N1 también pone de relieve la importancia de la producción nacional de vacunas. Durante la pandemia de Covid-19, México dependió en gran medida de vacunas importadas, lo que retrasó la campaña de vacunación. A pesar de esta lección, no se han realizado inversiones sustanciales para desarrollar nuestra capacidad de producción de vacunas, dejándonos vulnerables en caso de una nueva pandemia.

El artículo en Nature también destaca la importancia de la comunicación efectiva y la confianza pública en las instituciones de salud. Desafortunadamente, la gestión de la pandemia de Covid-19 en México estuvo marcada por mensajes contradictorios y una politización de la respuesta sanitaria, erosionando la confianza pública. No se han implementado estrategias claras para reconstruir esta confianza, un elemento crucial para una respuesta efectiva ante futuras amenazas.

A pesar de este panorama desalentador, el cambio de año nos brinda una oportunidad para reorientar nuestras prioridades. El 2025 debe ser un año de acción decisiva en materia de salud pública. Necesitamos un aumento sustancial en la inversión en vigilancia epidemiológica, investigación y desarrollo de vacunas, y fortalecimiento de nuestro sistema de salud. Debemos adoptar un enfoque proactivo y basado en evidencia para la preparación ante pandemias, en lugar de la actitud reactiva que ha caracterizado nuestra respuesta hasta ahora.

La amenaza del H5N1 nos recuerda que las pandemias no respetan fronteras. La colaboración internacional y la solidaridad global son esenciales. México debe asumir un papel más activo en las iniciativas globales de preparación ante pandemias, compartiendo datos y recursos, y participando activamente en la vigilancia global de enfermedades emergentes.

El 2025 puede ser un año de transformación si tomamos las medidas necesarias. Esto requiere un compromiso no solo del gobierno, sino de toda la sociedad. Necesitamos un diálogo nacional sobre salud pública, que involucre a científicos, profesionales de la salud, legisladores y ciudadanos. Solo a través de un esfuerzo colectivo podremos construir la resiliencia necesaria para enfrentar las amenazas de salud del futuro.

La pandemia de Covid-19 nos mostró el costo humano y económico de la falta de preparación. No podemos permitirnos cometer los mismos errores frente a la amenaza del H5N1 u otras enfermedades emergentes. El 2025 debe ser el año en que México se comprometa verdaderamente con la salud pública, no solo en palabras, sino con acciones concretas y recursos adecuados.

El futuro de nuestra salud está en nuestras manos. Hagamos que el 2025 sea el año en que México se levante para enfrentar los desafíos de salud pública del siglo XXI. Nuestra supervivencia y prosperidad como nación dependen de ello.

* Éctor Jaime Ramírez Barba (www.ectorjaime.mx) es médico especialista en cirugía general, certificado en salud pública, doctorado en ciencias de la salud y en administración pública. Es Legislador y defensor de la salud pública de México, diputado reelecto del grupo parlamentario del PAN en la LXVI Legislatura.

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Éctor Jaime Ramírez Barba es médico cirujano, especializado en salud pública, doctorado en ciencias de la salud y en administración pública, y es diputado reelecto del grupo parlamentario del PAN en la LXV Legislatura.

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