Buscar
Opinión

Lectura 5:00 min

La voz, sin antifaz, de las mujeres

Foto: Especial

Foto: Especial

Ya lo sabe y lo ha escucha cada mes de marzo, estará pensando usted, lector querido. Seguro hasta concuerde con lo pesaroso que fue el hecho de que pasaran tantos años para reconocer que la Historia –la nuestra y la del planeta entero–, no era solamente una creación de hombres. Alarmante, la tardanza del mundo en reconocer la estupidez de la “paternidad protectora” donde la autoridad dependía primero del padre, luego de los hermanos y después del esposo y los hijos varones. Tristísimo que la participación en la vida política, social y religiosa de las mujeres estuviera supeditada a la jurisdicción del macho y trágica, la idea –por mucho tiempo soberana– de que la mujer por “tener un cerebro más pequeño” era menos inteligente e incapaz de dirigir un emprendimiento que no fuera su casa y solamente gobernar sobre ollas y sartenes.

Tal vez hasta conozca a muchas mujeres que alzaron la voz: Sor Juana Inés de la Cruz cuando dijo que una buena parte del amor a su vida se lo debió a su amor por la lectura y decidió estudiar los libros antes que a los hombres, hallando en ellos el mejor viático para su humano viaje; las palabras de Hermila Galindo cuando convulsionó a quienes la oían al confesar que intentaba "comprobar la conocida verdad científica de que el instinto sexual impera de tal suerte en la mujer y con tan irresistibles resortes, que ningún artificio hipócrita es capaz de destruir, modificar o refrenar (…) y que siendo el matrimonio el único medio lícito y moral para satisfacerlo cumplidamente, según las exigencias de la sociedad y según las leyes escritas, quedábamos frente a un pavoroso problema". Puede que le sean familiares las palabras que Rosario Castellanos, puso por escrito en su libro Mujer que sabe latín y dice que: “A lo largo de la historia la mujer ha sido más que un fenómeno de la naturaleza, más que un componente de la sociedad, más que una criatura humana, un mito.”

O tal vez, lector querido, leído por ahí algún texto de Las Hijas del Anáhuac, primer semanario mexicano escrito y editado sólo por mujeres o ya conoce el proyecto educativo de La Siempreviva de la maestra Rita Cetina, creado cuando los beneficios de la instrucción y el empoderamiento de niñas y mujeres estaban muy lejos de todo pensamiento. Seguro ya le son familiares los discursos de las sufragistas y las manifestaciones de las feministas en contra de quedarnos sentaditas y calladitas para vernos más bonitas.

¿Y entonces qué? A las mujeres ya las habíamos visto, mudas. Después, susurrando. Luego, hartas del escondite, subiendo a escenarios jamás pisados por huellas femeninas. Conocemos la narrativa, nada hay de nuevo ahora, puede usted pensar, lector querido. Sin embargo, no es cierto. Faltaba recorrer el camino y dejar testimonio por escrito, de cómo las mujeres fueron subiendo el volumen, ensayando sus tonos y eligiendo antifaces -sin esconder la voz- para luego quitárselos y llegar hasta aquí. Cómo llegan -y han llegado desde hace más de cien años- todos los días a través de la radio.

La historia de tales voces nunca se había contado. Ni con tanta precisión ni de forma tan cercana. Se trata del libro Damas sin antifaz, Mujeres en la radio de Rita Abreu; la segunda parte de una investigación sobre el universo sonoro del cuadrante mexicano, desde la perspectiva de guionistas, locutoras, productoras y creadoras de contenido. Publicado por la Editorial Universidad de Guadalajara y a punto de presentarse justo el próximo 8 de marzo en la Feria del Libro de Coyoacán, esta dividido en tres partes. La primera, se llama "Utopías… de los setenta a los noventa" y engloba a mujeres como Alaíde Foppa, Elena Urrutia, Margo Glantz, Tere Vale y Patricia Kelly. El segundo capítulo se titula "Defender la libertad" e incluye las voces de radialistas tan diversas como Janett Arceo, Fernanda Tapia, Margarita Castillo y Laura Elena Padrón. La tercera, incluye una muestra de las "Voces del siglo XXI que abre con Martha Debayle pero también incluye a Luisa Iglesias y Marisol Gasé.

“Reunir veintitrés voces de mujeres ha sido una tarea fascinante y laboriosa, escribe Rita Abreu en su libro. Sorpresivamente, el resultado se convirtió en un atlas sobre un viejo retador oficio que ofrece muy diversas rutas para hacer y pensar la radio”

Y en otra parte, agrega su propia reflexión de radioescucha, locutora, escritora y mujer pensante: “La defensa plena a la libertad de expresión, cualquiera que sea el emisor y el canal de transmisión, es más viable si se le presenta al auditorio un foro donde se ventilen todos los puntos de vista, los institucionales, oficiales y los divergentes, para que las opiniones no se sesguen de un solo lado.”

Tal y como la hace su libro, agrego yo

Temas relacionados

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí
tracking reference image

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete