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5 ejemplos del socavón en el sistema
No podemos dejar de pensar que estamos frente al socavón del sexenio y, probablemente, del sistema político mexicano.
Nos encontramos en una coyuntura histórica compleja. En otras épocas se diría que recién arrancará el año de Hidalgo, aunque pareciera que en este sexenio se dio desde la primavera de las gestiones administrativas.
Lo más grave no es sólo la notoria proclividad hacia los abusos presupuestales que generaron un clima de ligereza y robos a todos los niveles de gobierno, sino lo poco que se ha hecho para detener y castigar esos eventos. Es ante estas situaciones que no podemos dejar de pensar que estamos frente al socavón del sexenio y, probablemente, del sistema político mexicano. No se trata de alarmar, sino de abrir los ojos ante lo que está sucediendo para hacer algo.
Parte esencial del problema es que las autoridades responsables de evitar la concreción de abusos, no lo están trabajando. Algunos ejemplos dejan ver el tamaño de los problemas que se pretenden ignorar:
1. Sistema Nacional Anticorrupción
A través de omisiones y condicionamientos legislativos absurdos, se está impidiendo que éste entre en funciones en los tiempos y con los requisitos previstos.
2. Sistema de Justicia Penal
Una reforma constitucional con defectos y problemas estructurales, que tienen a las autoridades en un desconcierto total y a nosotros en una encrucijada de violencia e impunidad impresionantes.
3. Sistema electoral
Las fuerzas políticas que podrían ejercer presión, por votos legislativos, no han hecho nada. La posibilidad de incorporar la segunda vuelta a la elección presidencial como una forma de dar legitimidad al ganador de las elecciones en el 2018, se ha ignorado. Pareciera que no se creen capaces de lograr esa aceptación mayoritaria del electorado completo y prefieren vivir con minorías de voto duro.
4. Seguridad y justicia
Los índices de violencia e impunidad ya no pueden crecer mucho más. A pesar de las abrumadoras cifras y evidencia que muestran a la prohibición de drogas como la fortaleza de la delincuencia organizada, ningún servidor público ha mostrado sensatez para proponer un esquema regulatorio para los estupefacientes y, de paso, dar un nuevo brío y fortaleza a las instituciones públicas.
5. Sistema penitenciario
Los centros de reclusión son universidades del crimen en las que crecen las redes de bandas que operan dentro y desde esas prisiones y no hay autoridad alguna que asuma el problema y acepte que lo va a enfrentar.
Éstos son algunos de los aspectos más sobresalientes que apuntan a una real caída del sistema. La responsabilidad es de quienes toman decisiones. Desde el presidente, hasta el menor de los burócratas, todos son nuestros empleados y se deben conducir con humildad y honor de servir al país, no obstante, sólo buscan beneficio propio. Ahora entendemos que no quieren en sus filas a políticos pobres . No tienen madre.
El autor es secretario general de México Unido Contra la Delincuencia.