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5 gráficos sobre el México que recibe Claudia Sheinbaum
Los desafíos que enfrentará la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo todavía son grandes en materia económica, monetaria, de seguridad pública y desarrollo social.
Claudia Sheinbaum Pardo ya es oficialmente la presidenta de México. Su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, le deja la doceava economía más grande del mundo y la más grande de habla hispana. Pero los retos todavía son grandes.
Además de la esfera macroeconómica, los indicadores de desarrollo social y seguridad pública son otras de las áreas de oportunidad para la nueva administración que, por primera vez en la historia, lidera una mujer.
Economía de México, con avances modestos
Impulsar el despegue del PIB (Producto Interno Bruto) de México será uno de los grandes retos para la presidenta, Claudia Sheinbaum.
Durante el sexenio pasado, con López Obrador, la economía se mantuvo con avances modestos, particularmente después del 2020, año de crisis global por los efectos de la pandemia Covid-19.
Sólo en lo que va del 2024 se observaron crecimientos interanuales de apenas 1.8% y 1.0% durante el primer y segundo trimestre, respectivamente, de acuerdo con cifras del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
Esto ha provocado que las expectativas de especialistas e instituciones se reduzcan; se proyecta que el año cerrará con una expansión de entre 1.5 y 2.3 por ciento.
Inflación, controlada pero lejos de la meta
Después de la ola inflacionaria global que se vivió durante 2022, los precios han logrado estabilizarse en México. Pese a ello, la tasa de inflación a nivel nacional todavía se mantiene lejos de la meta de política monetaria.
Las presiones derivadas de la volatilidad en los precios de frutas y verduras, principalmente, han mantenido al Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en niveles cercanos al 5% en lo que va del 2024.
Llevar la tasa de inflación a los niveles objetivo (3% +/- un punto porcentual), particularmente en los índices de precios de la canasta básica, será uno de los principales retos para la presidenta.
Desempleo, en niveles bajos, pero con informalidad
El mercado laboral fue uno de los rubros que experimentó más cambios y mejoras durante la gestión de López Obrador; desde el incremento histórico al salario mínimo hasta la reforma que limita la subcontratación (outsourcing).
El desempleo no fue la excepción; se ha mantenido en niveles históricamente bajos. En lo que va del 2024 la tasa de desocupación se ha mantenido por debajo del 3% de la población económicamente activa.
Los bajos niveles de desempleo, se contrarrestan con la persistencia de la informalidad. En conjunto, todas las modalidades de informalidad laboral concentran a 1 de cada 2 trabajadores en México. La heterogeneidad del mercado laboral informal será otro de los retos que enfrentará la administración de Claudia Sheinbaum.
Población en pobreza extrema, la prioridad
El desarrollo social fue uno de los rubros más priorizados, en materia presupuestal, de la pasada administración. Las transferencias directas, en conjunto con los envíos históricos de remesas, dieron aire a las familias mexicanas durante la crisis por Covid-19 y los años posteriores de recuperación.
Con todo y la crisis, para el 2022 la población en situación de pobreza moderada había logrado reducirse en casi siete puntos porcentuales, en el sexenio de López Obrador. Pero, la pobreza extrema se mantuvo prácticamente sin cambios.
Al corte del 2022, el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) registró que 9.1 millones de personas (el 7% de la población total) están en pobreza extrema. Este grupo deberá ser prioritario en la próxima gestión.
Seguridad, con mejor percepción, pero cifras preocupantes
La seguridad pública es uno de los aspectos que más preocupan a los mexicanos; la incidencia delictiva ha provocado que los mexicanos tengan miedo de hacer algunas actividades e incluso que cambien sus rutinas.
En las zonas urbanas del país se ha observado una mejora en la percepción que tienen los habitantes sobre la seguridad. A inicios del 2018 el 76.8% de la población consideraba que su ciudad era insegura; para el 2024 este nivel bajó a 59.4 por ciento.
Pese a que los ciudadanos -en promedio- se sienten ligeramente más seguros, este fenómeno es distinto entre regiones. Todavía hay ciudades con cifras alarmantes incluso en términos de percepción: Fresnillo, Zacatecas, Naucalpan o Uruapan, en donde casi 90% de la población se siente insegura.
Focalizar los proyectos de seguridad pública en las zonas con altas tasas de incidencia delictiva y percepción de inseguridad será otro de los desafíos de la presidenta.