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Política

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#8M: Así fue como Karen vivió por años acoso de sus superiores en la policía municipal de Chihuahua

Incomodidad, "halagos" inapropiados y silencio, algunas de las señales del acoso laboral. 

Foto: Shutterstock

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“¡Qué rica te ves!”, “¡Ay!, qué rico bailas”, eran sólo algunos de los “halagos” que por más de dos años tuvo que soportar Karen por parte de su jefe inmediato y que por denunciarlos fue relegada de su cargo; revictimizada y discriminada por sus superiores jerárquicos de la Dirección de Seguridad Pública municipal de Chihuahua.

Karen- quien pidió anonimato por miedo a mayores represalias- se convirtió, sin saberlo, en una víctima más del mobbing o acoso laboral al interior de una institución pública que, contrariamente debe brindar protección a la población.

“Nadie tenía el valor de decirle nada, pues claro, era el jefe y existe este silencio; mejor te callas y haces como que no escuchaste”, comenta Karen sobre una ocasión en la que Francisco, jefe de un área administrativa de esta secretaría de Seguridad municipal -quien tomó el puesto tras la llegada de Maru Campos al gobierno municipal de Chihuahua, en 2016-, se atrevió decirle: “¡Qué rica te ves!”.

La joven, que en ese entonces tenía menos de 35 años, recuerda que desde el primer momento en el que llegó Francisco a la oficina, se sintió incómoda, pues era notable la forma lasciva en la que no sólo la miraba a ella, sino a todas las mujeres que trabajaban en ese departamento, además de que sus comentarios fueron escalando, al pasar de un: “vamos a comer” a “a ver si ahora me echó a una nalguita”.

Cruzaba la línea delgada entre respeto y la coquetería

“Cruzaba esa esa línea delgada del respeto y la coquetería y entonces,cuando empiezo a sentirme incómoda, empiezo a evadirlo”. Para entonces, Karen señala con tristeza que ella no sabía que estaba sufriendo acoso laboral y sexual, pues, dice, en ese entonces nadie hablaba de eso y por lo tanto no había forma de combatirlo al interior de la institución.

Es así que tras dos años de ser constantemente incomodada, todo empeora durante un festejo del Día del Bombero, cuando ante todos mostró su incomodidad cuando Francisco la sacó a bailar. “a partir de ahí, al siguiente día, La relación cambió completamente en cuestión laboral”.

Fue entonces que tras meses de acoso laboral, decidió acudir, junto con todas las mujeres de su departamento, al entonces director de la secretaría para denunciar los abusos. Sin embargo, sostiene que más allá de actuar en contra de su agresor, a ella y otras compañeras las removió de sus puestos.

“Fue un año donde estuve encerrada en una bodega, sin computadora, entregando escobas y trapeadores. Fue muy frustrante, estar en una bodega de dos por dos y aguantando por la necesidad del trabajo”, subraya.

Y es que no fue hasta 2021, cuando terminó la administración local, que a Karen le levantaron el “castigo” y pudo regresar a otra área, no obstante, aunque dice sentirse un poco victoriosa por mantener su trabajo, todavía recuerda lo “encabronadísima” que estaba por no ser respetada y sentirse ultrajada por personas con poder. 

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