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Acaxochitlán, ejemplo de la belleza natural y los sabores de Hidalgo

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Foto: Gobierno de Hidalgo

  • Paisajes, gastronomía, salud y turismo religioso forman parte de la riqueza  de este lugar 

Acaxochitlán es un municipio de Hidalgo, a una hora de la capital de la entidad, Pachuca, que cuenta con diferentes atractivos como el turismo de aventura, salud, religioso, además de su deliciosa gastronomía.

En las calles del centro histórico de este bello pueblo se puede apreciar el reloj público enmarcado por una torre estilo art decó, y cuya maquinaria fue adquirida en 1928 en la joyería La Esmeralda, de la Ciudad de México. También se recomienda la visita a la parroquia de la Asunción de María, construido en varias etapas desde el siglo XVI. 

 

Quienes disfrutan de los vinos disfrutarán el recorrido por “La herencia del abuelo”, fundada a principios del siglo XX, y donde se elaboran productos de manzana (refresco y vinagre), así como licores de frutas de la región; el más popular es el acachul. 

Por otro lado, la fábrica de vinos “Cuauhtémoc”, fundada a finales del siglo XIX, se especializa en la elaboración de sidra rosada, dulce, ámbar, champagne, así como refresco, vinagre y destilado tipo calvados, todo ello a partir de la manzana.

Para la hora de la comida, se puede degustar de molotes, tlacoyos y enchiladas que tienen un sabor único que le da la distinción a este hermoso municipio de Hidalgo. Posteriormente se puede degustar el pan artesanal de “Cuelguería Juan Panes”, un establecimiento que comenzó a funcionar en 1935 y que se encuentra a dos cuadras de la plaza principal.

Entre las artesanías que se producen en la región están el tradicional quechquémitl, rebozos, fajas, morrales, camisas, cotones, elaboradas en telar de cintura, con diferentes bordados. 

Visitantes y turistas se pueden aventurar en la presa El Tejocotal, en cuya extensión, 6.2 kilómetros cuadrados, se puede pasear a caballo, en lancha, cuatrimoto, o subir a los juegos mecánicos, con la naturaleza como escenario; mientras que para comer y descansar, en el área del Vado ofrecen exquisitos platillos.

Asimismo, en el espacio boscoso de la cascada de Chimalapa, es posible apreciar dos caídas de agua, una de ellas con más de 10 metros de altura, y que, según los relatos, es el hogar de la  “La Atlanchane” y del amo Cualli Tlakatl (hombre no bueno). Este también es un espacio ideal para el senderismo donde, los sábados y domingos decenas de artesanos llegan a este espacio a comercializar sus textiles y bordados.

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