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Alarma en EU por uso de granadas del narco
Hay un temor creciente en las autoridades estadounidenses. Las granadas de fragmentación que los narcotraficantes mexicanos hacen estallar en sitios públicos.
Es algo que las autoridades estadounidenses ven venir desde hace rato: Una granada de fragmentación que los narcotraficantes mexicanos hacen estallar en un sitio público.
Solo la torpeza del individuo que arrojó la granada evitó un baño de sangre en un bar del sur de Texas: el hombre se olvidó de desactivar uno de los dos mecanismos de seguridad y la granada no estalló. Pero el episodio revela que una de las armas más mortales empleadas por el narcotráfico ha llegado a suelo estadounidense y las autoridades se esfuerzan por evitar que sigan ingresando al país.
El narcotráfico mexicano ya trajo al país asesinatos y secuestros. Las granadas constituyen una amenaza especial porque pueden matar grandes cantidades de personas en forma indiscriminada y son cada vez más populares entre los traficantes.
"Si alguien le pega un tiro a otra persona, es un acto muy violento. Pero arrojar una granada en un bar lleno de gente, o en un restaurante, eso es otra cosa. Esa persona tiene una perspectiva de las cosas muy diferente", expresó Bill Newell, agente especial a cargo de las oficinas del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, según sus siglas en inglés) de Arizona y Nuevo Mexico.
En México ha habido cantidades de ataques con granadas contra policías y mafiosos rivales. Hace casi un año, tres individuos arrojaron varias granadas hacia la multitud durante los festejos del Día de la Independencia, matando a ocho personas y causando heridas a otras 106, en un ataque sin precedentes contra civiles.
Y hay indicios de que esas granadas están ingresando a Estados Unidos.
La granada que no estalló en un bar de Pharr, Texas, tenía los mismos trazadores que las que fueron arrojadas en octubre en el consulado estadounidense de Monterrey, México, y contra una estación de Televisa de la misma ciudad en enero. La primera no estalló y la segunda no produjo heridos.
Las tres granadas habían sido fabricadas en el mismo sitio, al mismo tiempo, y formaron parte de un cargamento destinado a Corea del Sur. El fabricante se abstuvo de hacer comentarios para este reportaje.
Las granadas confiscadas en México provienen mayormente de Estados Unidos y Corea del Sur, según la ATF.
Las granadas aparecieron primero en el sur de México y su uso se fue expandiendo gradualmente hacia el norte a medida que tomaba fuerza la guerra entre el gobierno y el narcotráfico, y los carteles buscaban armas más poderosas.
Los militares mexicanos confiscaron 165 granadas y 14 cartuchos de TNT del Cartel del Golfo en una redada realizada en noviembre pasado en una casa de Reynosa, México, próxima a la frontera con Estados Unidos. Ese mismo mes se usaron granadas como elemento de distracción en una emboscada a un jefe policial de Nogales, cerca de la frontera con Arizona.
La granada que no estalló en un bar de Texas el 31 de enero rebotó en el piso y cayó en una mesa de billar. Un agente de la policía fuera de servicio la tomó y la tiró hacia afuera. Nadie resultó herido y no hubo arrestos. Las autoridades no saben si el blanco eran pandilleros rivales o policías fuera de servicio.
El incidente hizo que la ATF distribuyese un alerta a lo largo de la frontera.
Muchas granadas que Estados Unidos vende a países aliados de la región caen en manos de funcionarios corruptos y son ofrecidas a los traficantes. Se cotizan a 100 dólares si son compradas individualmente y a 50 si se venden como parte de un cargamento, de acuerdo con la ATF.
/doch