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Contaminación de cuenca Tula-Tepeji contribuye a ensuciar el aire del Valle de México
De los eventos de alta concentración de dióxido de azufre que registra la red de monitoreo de la Ciudad de México, el 18% tienen su origen en esa región, señala el Programa de gestión para mejorar la calidad del aire del estado de Hidalgo.
Las actividades industriales desarrolladas en la cuenca atmosférica de Tula, Hidalgo, tienen impacto en la Ciudad de México, señala el Programa de gestión para mejorar la calidad del aire del estado de Hidalgo Proaire (2016-2024).
En tanto, el Programa de gestión para mejorar la calidad del aire en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), detecta dos fuentes que, por la magnitud de sus emisiones, pueden incidir significativamente en la calidad del aire local: el corredor industrial Tula-Vito-Apasco, en el estado de Hidalgo y el volcán Popocatépetl en el límite oriental de la ZMVM con el estado de Puebla.
En la zona metropolitana de Tula, Hidalgo, al noroeste de la ZMVM, se concentra una importante actividad industrial que resulta en la emisión de cantidades considerables de contaminantes criterio.
En específico, se destacan dos fuentes fijas de jurisdicción federal: la refinería Miguel Hidalgo de Pemex, la segunda más grande del país, que en 2016 procesó aproximadamente 202,000 barriles diarios de crudo de petróleo y la planta termoeléctrica Francisco Pérez Ríos de la CFE, la cual cuenta con una central de generación de ciclo combinado y una central de generación termoeléctrica convencional. En conjunto, las dos centrales tienen una capacidad total instalada de 2095 megawats y en 2018 aportaron una generación anual bruta de 9874 gigavatio-hora, según información de la Secretaría de Energía.
Proaire Hidalgo expone que la dinámica de vientos, así como estudios realizados por el Centro Mario Molina y por el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), revelan que las emisiones generadas en la región Tula-Tepeji, debido a la dirección del viento y a otras condiciones meteorológicas, son transportadas hacia la zona metropolitana del Valle de México.
Cita, por ejemplo, que de los eventos de alta concentración de dióxido de azufre que registra la red de monitoreo de la Ciudad de México, el 18% tienen su origen en esta región.
En esa cuenca se tiene vientos dominantes de norte y noreste durante casi todo el año, con vientos débiles de 2.8 a 8.3 metros sobre segundo de velocidad promedio. Es en la atmósfera libre donde los vientos del oeste se intensifican significativamente durante el invierno y en verano, debido a que los vientos en esta región son dominados por los vientos del este y de intensidad moderada 16.7 a 18 metros por segundo.
Asimismo, de acuerdo con los resultados de la investigación denominada “Impacto de la Termoeléctrica Tula en la calidad del aire del Valle de México” realizada por Adolfo Hernández Moreno, profesor investigador de la UAM Azcapotzalco, si hay transporte de contaminantes entre las cuencas atmosféricas de Tula y la del Valle de México, también hay impactos en el Valle de México.
El académico realizó mapas para la concentración de óxidos de azufre del 11 al 15 de mayo del 2019, en donde se observa que las nubes de concentraciones de óxido de azufre abarcan gran parte de la zona metropolitana; aclaró que en la Ciudad de México no se utiliza combustóleo, sino diésel con bajo contenido de azufre.
Las emisiones y concentraciones de óxido de azufre en el Valle de México usualmente son bajas –comentó–; sin embargo, cuando los vientos soplan sobre la cuenca atmosférica de Tula hacia la del Valle, “arrastran hacia acá todas esas masas de óxido de azufre y partículas PM2.5, que impactan no sólo la zona norte de la Ciudad de México, sino que pueden llegar hasta la zona sur”.
kg