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Desplaza el CJNG a 1,500 personas en Aguililla, Michoacán
Autoridades locales han negado el problema, mientras que la Secretaría de Seguridad federal ha desestimado realizar algún pronunciamiento.
Hasta el albergue El Buen Samaritano en Apatzingán, Michoacán, que encabeza Gregorio López Gerónimo, conocido como padre Goyo, han llegado desde enero unas 1,500 personas desplazadas de Aguililla, el municipio que se encuentra prácticamente tomado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) sin que las autoridades federales o estatales hayan podido controlar la situación.
En los poblados El Charapo; La Bocanada; El Limoncito; Los Mojos y El Aguaje en Aguililla, y en El Colomo en Tepalcatepec la “maña”, como se le conoce a los delincuentes, provoca balaceras por las noches; cobran derecho de piso, roban maquinaria, se apoderan de ranchos, viviendas y ganando. Incluso, los delincuentes se han sofisticado y usan drones que hacen explotar ante quienes se niegan a recibir sus órdenes.
“No los dejan en paz. La guerra ya no es con rifles, ya no es cuerpo a cuerpo, ya es con drones, y están quemando pastizales, los explotan y los fulminan”, contó a El Economista el padre Goyo, al destacar que unos 1,500 habitantes de esos poblados (96 de ellos niñas y niños) han llegado a su albergue, donde les ofrece alimento y vestido a través de donaciones de empresarios y ciudadanos. “Ellos al verse asediados, son gente de bien, prefieren poner distancia. La mayoría son gente pobre”, afirmó el sacerdote, quien porta un arma 9 milímetros para su protección personal.
“Cuando se ofrezca hay que echarle chingadazos, preferible que caiga el de enfrente a caer yo. Así, a ese grado. Aquí estamos indefensos, aquí estamos en una situación precaria y criminal”, sentenció.
El recrudecimiento de la violencia en Aguililla, dijo el sacerdote, se debe a que de ahí es originario el líder del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes, pero también “tiene que ver mucho con la cuestión de las elecciones, es también una manera de demostrar la hegemonía y quién tiene el poder. Esta violencia es una feria para mostrar la hegemonía y así se alineen los partidos. Al candidato que ellos levanten la mano, todos tienen que alinearse”, sostuvo.
Una semana bajo asedio
Ayer se cumplieron siete días desde que integrantes del CJNG, pese a un retén militar y de la Guardia Nacional, ingresaron por la comunidad Dos Aguas en vehículos conocidos como “Monstruos” y con armas de alto poder, a la cabecera municipal de Aguililla, para enfrentarse con sus contrapares de los “Cárteles Unidos”, el cual está compuesto por Los Viagras, Templarios y autodefensas. Estos enfrentamientos han dejado al menos 25 fallecidos, aunque la Fiscalía General del Estado de Michoacán sólo reconoció a ocho personas, cuyos cuerpos decapitados fueron hallados el viernes pasado.
Ante esta situación, pobladores huyeron mientras que los integrantes del Cártel Jalisco transitaron por las calles del municipio en diferentes vehículos blindados y con rifles de asalto.
El secretario de Seguridad de Michoacán, Iván Patrón Reyes, desconoció ayer los enfrentamientos y la toma de Aguililla por parte del Cártel Jalisco, y dijo que los sucesos ocurrieron en Jalisco. “No se trata de un espacio de Michoacán; no es una incursión en Aguililla. Esta información se difundió en medios de otro estado. Es Teocaltiche, Jalisco”.
El Economista solicitó una postura por parte de la Secretaría de Seguridad federal, pero la vocería dijo que no habría ningún pronunciamiento.