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El arresto domiciliario en un penthouse
En la esquina de Campos Elíseos y Galileo, en Polanco, una mujer indígena y sus dos hijitas piden limosna. En el número 7 de Galileo, Elba Esther Gordillo, la exlideresa del sindicato más grande de Latinoamérica, seguirá desde su penthouse el proceso en su contra por lavado de dinero y delincuencia organizada.
En la esquina de Campos Elíseos y Galileo, en Polanco, una mujer indígena y sus dos hijitas piden limosna. En el número 7 de Galileo, Elba Esther Gordillo, la exlideresa del sindicato más grande de Latinoamérica, el SNTE, seguirá desde su penthouse el proceso en su contra por lavado de dinero y delincuencia organizada.
En ese edificio la renta se calcula en 80,000 pesos mensuales y su precio de venta supera los 30 millones de pesos. Los departamentos son de 380 metros cuadrados en un solo piso: tres recámaras, cuarto de servicio, de lavado, la sala y el comedor tienen balcón a la calle, dos lugares fijos de estacionamiento.
“México es un país fantástico pero con los políticos que tiene nunca va a levantar”, cuenta una vecina de la calle Campos Elíseos, de origen español y con 60 años de radicar en Polanco.
La coincidencia de que Elba Esther Gordillo haya conseguido arresto domiciliario en un lugar “de lujo” casi al mismo que Nueva Alianza, partido político fundado por ella, y el Revolucionario Institucional (PRI) concretaran ir juntos en las elecciones del 2018, no deja de generar suspicacias.
Elvira y Margarita viven en Polanco y toman un café frente a Galileo 7. Al preguntar su opinión sobre la nueva morada de la Maestra se miran, van respondiendo por su lado y poco a poco se convierte en un diálogo entre ellas: “Todo esto es política, el que está moviendo ahora todo es el PRI”, “sí, sí, pero todos tienen cola que les pisen”, “la política es una basura”, “la sacaron porque les conviene, el PRI hará todo lo posible por que no gane López Obrador”, y así se explayan por un buen rato, sacando un balance de México rumbo al 2018 y los motivos de la excarcelación de Gordillo.
Rafael viaja desde Naucalpan de lunes a sábado a Polanco para bolear zapatos. Cobra 25 pesos y en un buen día puede juntar 300. Se van 28 pesos en el transporte y el resto debe servir para alimentar a una familia de cinco miembros.
En pocas palabras opina sobre el arresto domiciliario de la Maestra: “No es una medida justa. Debería estar en la cárcel, debería estar pagando por todo lo que hizo”.
En el lobby de Galileo 7, dos oficiales de la Agencia de Investigación Criminal “custodian” a Gordillo. Se niegan a dar alguna declaración sobre la vigilancia a la que está sujeta. Remiten a comunicación social de la PGR y salvo su presencia, no es notable algún tipo de vigilancia extraordinaria.
El ritmo de la calle sigue su cotidianidad: silencio, poco tráfico, paseantes que entran a la cafetería de enfrente, aunque ahora con el regreso de una vecina por todos conocida: Elba Esther Gordillo.