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Política

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¿El juez González Hemadi fue víctima de un juicio paralelo?

Cada vez con mayor frecuencia, la reacción social ante casos judiciales de singular atención mediática se traslada del interior de los tribunales a la esfera pública de las redes sociales y las coberturas mediáticas como una consecuencia más del fenómeno denominado juicio paralelo.

Los juicios paralelos ponen en riesgo la credibilidad o la autoridad a las autoridades judiciales frente a la sociedad en cualquier caso legal al restarle importancia a las decisiones que emanan de los juicios además de poner en entredicho la presunción de inocencia de los implicados, lo que genera un daño al sistema de justicia mexicano y al país en su búsqueda por una sociedad más civilizada, concluyeron expertos consultados por El Economista.

Cada vez con mayor frecuencia, la reacción social ante casos judiciales de singular atención mediática se traslada del interior de los tribunales a la esfera pública de las redes sociales y las coberturas mediáticas como una consecuencia más del fenómeno denominado juicio paralelo.

La opinión pública ha encontrado la manera de influir directamente en lo que ocurre dentro del sistema de justicia. Recientemente un caso ha sido especialmente popular y ampliamente seguido por la sociedad mexicana. Antes de que el caso haya llegado a alguna conclusión jurídica, muchos mexicanos ya dan por culpables a los implicados en el caso, pese a que aún portan el cartel de imputados para las autoridades judiciales.

En enero del 2015 cuatro jóvenes de Veracruz presuntamente abusaron sexualmente de una menor en una residencia del fraccionamiento Costa de oro . El caso alcanzó la esfera mediática y continuamente se referido como El caso de los Porkys . El acontecimiento ha contado con mucha difusión y atención por parte de diversos medios de comunicación, nacionales e internacionales, además de que ha sido seguido muy de cerca por la ciudadanía mexicana.

Uno de los últimos acontecimientos del caso fue la concesión de un amparo a uno de los acusados en el caso, lo que generó una intensa respuesta de la sociedad que volcó todo tipo de comentarios en redes sociales y en medios de comunicación. El 28 de marzo pasado, el Juez Tercero de Distrito de Veracruz, Anuar González Hemadi, concluyó que el delito que se le imputa a Diego Cruz, de 21 años, no quedó fehacientemente comprobado en las investigaciones hechas por la Fiscalía de Veracruz, por lo que otorgó el recurso de amparo contra el auto de formal prisión que se le había dictado el pasado 23 de enero.

Tras dicha resolución parcial del caso y la consecuente respuesta en medios de comunicación y en redes sociales donde se le apodó a Anuar González como Juez Porky y se difundieron imágenes del magistrado y su familia, el juez solicitó ser apartado del caso. El Consejo de la Judicatura Federal aceptó la solicitud.

Independientemente del análisis jurídico del caso y de las decisiones que se han tomado a lo largo de los casi dos años que ha dilatado el proceso, la difusión de este hecho generó tanto en medios de comunicación como en redes sociales un juicio paralelo que se ha desarrollado a la par del proceso judicial y que entrega como culpables a los aún imputados en el caso.

Los juicios paralelos son el conjunto de informaciones y el seguimiento que se hace de los casos jurídicos en medios de comunicación y, actualmente, en plataformas sociales, de un hecho sometido a investigación o enjuiciamiento judicial, en donde se efectúa una valoración ética y moral de los procesos jurídicos y de la conducta de las personas implicadas. Esto genera que los medios de comunicación y la población civil ejerzan el papel de jueces, fiscales y abogados defensores, según sea el caso. La valoración del asunto discurre paralela al proceso, utilizando información sesgada e incompleta que deriva del proceso judicial al no tener pleno acceso a todos los expedientes del caso en posesión de la justicia y que se encuentran etiquetados como confidenciales hasta culmine el proceso.

El Maestro Francisco Riquelme, Consejero Nacional de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados (BMA), dijo en entrevista que en este y otros casos los juicios paralelos se llevan a cabo como procesos no oficiales en un ambiente digital donde resultan una especie de sentencia de condena o absolución de los acusados donde las persona que intervienen en ello tengan prueba o datos objetivos para poder resolver. en algunos casos no tienen los conocimientos en la materia dijo el especialista, que además sentenció que genera falta de credibilidad, afectando el debido proceso .

Este tema también fue tratado en el foro jurídico La influencia de las redes sociales en las sentencias judiciales: ¿es posible gestionar el peso de la opinión pública digital en donde además se hizo un llamado a que los medios de comunicación respeten la presunción de inocencia para no crear los juicios paralelos que se repliquen en las redes sociales. La presión que ejercen las redes sociales crean juicios paralelos en los que gana la opinión de la mayoría y no los mejores argumentos jurídicos , alertó Luis Hernández, miembro de la Barra.

En entrevista para El Economista el Maestro en derecho, Aldo González Melo, externó de igual manera preocupación por este tema y dijo que es uno de los riesgos de este tipo de situaciones. Una de las cosas más preocupantes y más importantes que están en juego con los juicios paralelos es uno de los derechos constitucionales otorgados a los mexicanos, y a cualquiera que enfrente un proceso en suelo mexicano, me refiero a la presunción de inocencia. Los ciudadanos tienen derecho a un conjunto de mínimas que sirven por un lado como derechos y por otro como restricciones para regular la actuación que puede ser arbitraria por parte del estado .

Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Ésa es la teoría, pero en la práctica, mucho antes de llegar las condenas de los tribunales, los imputados ya tienen su propia pena, ya sea que la hayan adquirido por la mala praxis periodística, la pobre elección de términos adecuados, el desconocimiento de la situación, la mala cobertura de un juicio o por la opinión generalizada que genera en tribunales virtuales en forma de comentarios o sentencias sociales.

Los juicios paralelos generan una verdad percibida que afecta directamente en la opinión del público que está al pendiente de la resolución del caso, que está cimentada en las emociones y no en los argumentos. Este tipo de conductas se observa más en los habitantes con un bajo nivel de estudio, que tienen más influencia en la parte sentimental dijo el Dr. Ernesto Villanueva, durante su participación en el foro.

El ritmo en el que se desenvuelven los casos dentro de los tribunales del estado es más lento que el de los medios de comunicación o las redes sociales, lo que unido a la sed de noticias de la opinión pública o la sensación de impunidad en los procesos, hace que los juicios paralelos previos a una sentencia judicial se multipliquen y creen una falsa sensación de aplicación pobre de la justicia. En este caso podemos incluir los casos de acusaciones políticas o escándalos de corrupción que se sitúan en el punto de mira a muchos procesos aún no resueltos o en desarrollo, pero cuyos protagonistas ya han obtenido su castigo social cargado en el estigma de su nombre.

Este problema derivado de los juicios paralelos es que pese a lo que se decida en una corte, la imagen de una persona puede quedar extremadamente dañada. Para el caso de los jueces y otras personas que trabajan en esas instancias jurídicas, las consecuencias a las que debemos temer es que un caso que cuente con su símil en tribunal mediático pueda influir en una sentencia judicial.

En el caso de Anuar González Hemadi, pese a que su resolución de amparo que favoreció a la defensa de Diego Cruz y que contenía la posibilidad de una apelación por parte de la defensa de la afectada, la renuncia del juez parece que da un indicio de que el tribunal mediático influyo en una decisión judicial.

Aldo González, dijo que él no cree que el órgano del poder judicial no está expuesto a este tipo de juicios paralelos, pero el hecho de que en algunos momentos ceda a las presiones que se ejercen desde los juicios mediáticos, no indica que toda la institución se vuelvan débiles o incapaces de hacer algo ante ese problema. Además, el especialista admite que las resoluciones pueden contribuir a generar una sensación de impunidad o de corrupción, si los resultados de los juicios jurídicos no coinciden con los resultados que espera la sociedad, aunque no necesariamente sea culpa del juez, si el magistrado siguió el procedimiento. Debemos ser también exigentes con las autoridades de investigación para que el proceso se pueda llevar de la mejor manera dijo.

Aldo González Melo ubica posibles soluciones a este problema: Una de ellas tiene que ver con una mayor comunicación entre los periodistas y los profesionales del derecho, para hacer más precisos los resultados y no generar confusión en la manera en la que se transmiten las noticias. Por otro lado necesitamos resolver los problemas legales que pueden acarrear los juicios paralelos. Por último nos faltaría establecer los mecanismos de reparación más adecuados para que una persona que haya sido expuesta a un juicio paralelo vea resarcido el daño .

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