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El perdón como medida de reinserción social
Con las escuelas del perdón, Narváez propone un cambio en el modo de regenerar el tejido social donde hay narcomentalidad.
En un país donde la inequidad alimenta la rabia de los menos tienen, el narco encuentra buena acogida en aquéllos que buscan ganar mucho dinero en poco tiempo, advierte Leonel Narváez Gómez, sociólogo colombiano y presidente de la Fundación para la Reconciliación.
Narváez Gómez fue testigo de las secuelas de la guerrilla colombiana durante los años 90 y colaborador en las medidas de reinserción social implementadas por el gobierno, como la ley de justicia y paz: aquéllos que confesaron sus crímenes y entregaron sus armas tuvieron la oportunidad de atenuar su pena en cárcel a periodos de entre cinco a ocho años.
Ante los eventos de violencia que se viven en México, la gran pregunta para Narváez Gómez es saber si el Estado tiene la capacidad política para implementar medidas sociales de reinserción social como la colombiana.
El sociólogo y también teólogo explicó que el narcotráfico aprovecha y explota la ira de aquéllos que viven en pobreza para engancharlos en el mundo y mercado de las drogas con el fin de convertirlos en mercaderes de estupefacientes a cambio de grandes ganancias.
Los líderes en el mundo de las drogas emplean la denominada narcomentalidad , es decir, tener mucho, rápido y a través de cualquier medio, y así cooptar a jóvenes como empleados a sueldo de este mercado.
Les dan armas y grandes ganancias para cerrar un contrato y convertirlos en ejércitos a sueldo , explica el sociólogo.
Así, los grandes narcotraficantes se reducen a no más de 500, con numerosos ejércitos a sueldo, refiere Narváez Gómez.
Aquéllos que, por pobreza, se introducen en el mundo de la venta y trasiego de drogas son los que podrían ser sujetos a una favorabilidad jurídica como la desarrollada en Colombia; sin embargo, el especialista refiere que es necesario fortaleza institucional y un cambio cultural a través de la educación.
Por tanto, México requiere una intervención en el sistema judicial de seguridad y procuración de justicia, pues el crimen organizado compra a los cuerpos policiacos y jueces.
Una justicia restaurativa y una política de perdón requieren un ascenso cultural que implica ir a contracorriente del uso tradicional del odio para ganar simpatías y votos por parte de los tomadores de decisiones. Ello sólo se logrará cambiando el ejercicio de la educación desde los infantes.
La educación, por tanto, no puede seguir entendiéndose únicamente para saber cosas; la educación del futuro es también para saber convivir , dijo el teólogo.
Leonel Narváez
Teólogo y sociólogo con posgrados en Harvard y Cambridge; mediante su programa escuelas del perdón ha reintegrado a miles de guerrilleros y paramilitares, así como ha sido auxiliar en la restauración del tejido social en comunidades marginales. Éste ha sido instaurado en Colombia y en 14 países de América Latina y el mundo. Será ponente del Primer Congreso Internacional para la Formación Humanista del siglo XXI en la Universidad Iberoamericana.
ana.langner@eleconomista.mx