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Política

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Escasez de recursos, negligencia, burocracia y estigmas: VIH en México y el camino a seguir

Pese a todos los avances científicos en materia de prevención y tratamiento, en el país llegar a ellos se convierte en un viacrucis. No sólo se trata de una escasez de medicamentos, de hecho, el problema obedece más a la falta de difusión, la burocracia, los estigmas, la discriminación, la negligencia y a la descoordinación de los agentes e instituciones de salud pública.

Ilustración: Nayelly Tenorio

Ilustración: Nayelly Tenorio

A mitades del 2020, la OMS y la OPS ya advertían sobre un incremento en las tasas de contagios de VIH en América Latina, pero en México poco se ha hecho por contener esta tendencia desde la política pública.

Pese a todos los avances científicos en materia de prevención y tratamiento, en el país llegar a ellos se convierte en un viacrucis. No sólo se trata de una escasez de medicamentos, de hecho, el problema obedece más a la falta de difusión, la burocracia, los estigmas, la discriminación, la negligencia y a la descoordinación de los agentes e instituciones de salud pública.

En los primeros días de julio del 2022, en Argentina se aprobó una ley que modifica las legislaciones en materia de salud pública. Aunque no es exclusiva en materia de VIH, integra a este virus —y sus complicaciones— al sistema de salud integral, desde la prevención hasta los derechos laborales y civiles de quienes viven con VIH.

Un precedente que expone todas las problemáticas que México y muchos otros países de América Latina. Y todos los cabos sueltos que se tienen para difundir, desestigmatizar, prevenir y atender el VIH y otras infecciones de transmisión sexual.

Este combo sanitario y social implica que las pruebas de diagnóstico del VIH, así como otras enfermedades de transmisión sexual quedarán prohibidas en los exámenes médicos laborales y en todos los casos que esto suceda deberán ser confidenciales y voluntarios.

Adicionalmente, incluye la creación y destinación de recursos para el Observatorio Nacional sobre Estigma y Discriminación que buscará visibilizar y erradicar la vulneración de derechos de las personas que conviven con el virus.

Y además, se otorgarán jubilaciones anticipadas a personas mayores de 50 años que hayan sido VIH positivo por al menos una década y 20 años de contribución tributaria, asimismo habrá una pensión para mayores de 18 años con VIH positivo en estado de vulnerabilidad social.

Un paquete con perspectiva de derechos humanos que atraviesa de manera transversal todas las esferas económicas, sociales y laborales de las personas que viven con VIH. Una realidad lejana para México.

La situación actual en materia de VIH en México

Entre una escasez de recursos debido a los recortes presupuestarios, brechas importantes en las reglas de operación y la negligencia que produce el estigma alrededor del VIH las personas que viven con el virus o quienes buscan prevenirlo se encuentran con múltiples barreras para acceder a sus derechos.

“Ahorita tenemos un grave problema de servicios de salud, la gran mayoría están sobrepasados. No hay atención diferenciada, el testeo en muchos estados de la República es insuficiente, no hay profilaxis ni post ni pre, también las pruebas están siendo, de alguna manera, limitadas en su cantidad y en su aplicación. Y las organizaciones de la sociedad civil nos hemos quedado sin recursos partir de esta administración por órdenes del presidente, lo cual hace que la detección que se hacía antes ya no se puede hacer”, dijo en entrevista con El Economista, el activista y director de VIHve Libre, Alaín Pinzón.

Otra de las grandes barreras para el acceso a la salud de las personas que buscan prevenir o atender el VIH son las enormes barreras de procesos entre las distintas instituciones de salud pública y lo inalcanzable que es acceder a las instituciones privadas.

El grave problema que se tiene con PeP y PreP es que cada institución tiene su protocolo de atención, no está homologado, no está homogenizado y tampoco está socializado con su derechohabiencia. Es precisamente en el IMSS, donde se atiende la mayor parte de la población, en donde más trabas e irregularidades se han identificado en materia de prevención y atención al VIH.

“En las salas de urgencia del IMSS el personal a veces ni siquiera conoce lo qué es la PreP. Los propios infectológos tienen que estar dando PreP a las personas porque en la farmacia se confunden y en su lugar dan un antirretroviral que utilizamos las personas que vivimos con VIH. Incluso los mismos doctores están dando recetas de antirretroviral como si fuera para una persona con VIH a personas que en realidad necesitan PreP”, agregó.

Dentro del IMSS hay una serie de problemas muy fuertes que tienen que ver con la desactualización y, básicamente, la negligencia al interior del IMSS. Hay mucha corrupción y una cultura de trampas laborales que termina afectando directamente a la salud de las personas derechohabientes. Y el gran problema es que siguen tratando al VIH y a las formas de prevención como un problema de unos cuantos y el prejuicio y el estigma es muy grande al interior del IMSS.

La falta de política de salud integral está cobrando vidas en este momento, porque a partir de la pandemia Covid-19 vimos que todos los hospitales “nos sacaron” de las zonas de infectología y de las farmacias —que son lugares en donde nosotros estamos de forma permanente—. Como consecuencia se observó una caída importante en el nivel de detección de infecciones.  La gran mayoría de las detecciones que se han hecho en 2021 y 2022 son detecciones tardías y esto tiene que ver con la falta de testeo que hay en todo el país.

Adicionalmente, la falta de una política pública de salud que nos permita evitar la fragmentación de las instituciones y sus trámites tan burocráticos, engorrosos y ridículos. La suma de todas estas cosas también se está llevando la adherencia, la salud mental y, por supuesto, las ganas de seguir tomando el medicamento de las personas que vivimos con VIH en el país.

Falta de recursos, negligencia, burocracia y estigmas están cobrando vidas

“Me parece importante subrayar aquí que el sistema de salud en México es uno de los sistemas más desactualizados en muchísimas áreas, sin embargo, en el área de infectología tenemos los mejores médicos. Tenemos a doctores y doctoras que están especializados en el tema y están haciendo todo lo que está a su alcance para avanzar en temas de VIH. El grave problema está en toda la otra parte que conforma las instituciones, el personal que trabaja en las ventanillas, en las farmacias, en los sellos de vigencia, en los consultorios, y es ahí donde estamos encontrando una encontrando una gran resistencia a la actualización”.

Las personas con VIH seguimos siendo vistas como esas personas irresponsables y que tienen el virus “porque se lo buscaron” y esta percepción tiene que ver con la desactualización, con los prejuicios y con el estigma, dijo el también defensor de derechos humanos a esta casa editorial.

Por supuesto que el sistema de salud en México no está garantizando los derechos de las personas que vivimos con VIH, y por estas mismas ideas, es que no se está atendiendo el desabasto, continúa la falta de atención médica, la falta de hospitalización, la falta de inicio de tratamiento en tiempo y forma, los estudios de gabinete completos, los estudios de otras ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) y la atención a otras ITS. No hay políticas transversales con perspectiva de salud integral y lo que estamos viviendo es un panorama bastante sombrío en la Secretaría de Salud, en el IMSS y en el ISSSTE y creo que esto no va a avanzar hasta que ellos mismos aceptan que tienen un problema en esas instituciones.

Leyes que refuerzan el estigma y discriminación

En la Ciudad de México hay una iniciativa para la derogación de la “Ley de Peligro de Contagio” que está en del Código Penal de la Ciudad de México, que establece castigos penales y monetarios a las personas que transmitan enfermedades que comprometan la salud de otros, y se intensifican si las enfermedades son incurables. Esta ley no sólo resulta punitiva, sino que también contribuye a la revictimización y estigmatización particularmente de las personas que viven con VIH.

“Nosotros llevamos meses, ya casi ya casi dos años, esperando la derogación y no sucede. Y es una ridiculez lo que está pasando, porque no les vemos interés, ni en la Ciudad de México, ni el Congreso Federal, ni en el Senado de la República para solucionar lo mínimo y mucho menos para tener una ley como la que se aprobó en Argentina”.

La experiencia internacional y el camino a seguir

Lo que pasó en Argentina es algo histórico para toda la región y para todo el mundo. Se aprobó una ley totalmente integral en materia de salud pública; una ley que, además, incluye temas de trabajo, temas de justicia, temas de salud y temas de seguridad social. Es trascendental lo que ha logrado el activismo de VIH y las personas que viven con VIH y lamentablemente es una realidad que se ve lejana en México.

“La ley integral en materia de salud que se aprobó en Argentina, es amplia, nos da visibilidad a quienes vivimos con VIH, nos da vida y nos da derechos. Y ese es el problema que persiste en México: las personas que vivimos con VIH seguimos siendo vistas como personas que no tienen derechos y la ley y las políticas públicas lo avalan así”, concluyó.

ana.garcia@eleconomista.mx

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Economista por la Universidad Nacional Autónoma de México. Periodista especializada en género, derechos humanos, justicia social y desarrollo económico.

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