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Expulsión de priistas, medida tardía
La expulsión de las filas del PRI de exgobernadores que incurrieron en actos de corrupción es una acción mediática, retórica, tardía y que nadie cree, opinó José Antonio Crespo.
La expulsión de las filas del PRI de exgobernadores que incurrieron en actos de corrupción es una acción mediática, retórica, tardía y que nadie cree, opinó José Antonio Crespo.
De cara a las elecciones de gobernador que se celebrarán el próximo 4 de junio en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, explicó el analista político, las expulsiones de militantes incómodos no tendrán ningún efecto positivo para el priismo.
Desde su visión, es negativo para el partido tricolor que, al enterarse de la expulsión de uno de sus militantes, la gente vuelva a escuchar acusaciones de presunta corrupción.
Se vuelven a saber ciertos detalles de lo que (presuntamente) robó (el expulsado) o, por ejemplo, genera indignación, en el caso de (Javier) Duarte, que a su esposa la hayan dejado libre. Lejos de ayudar al PRI, le perjudica.
El profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) consideró, sin embargo, que expulsar a sus militantes con señalamientos es lo único que le queda hacer al PRI para tratar de convencer a los mexicanos de que sí le importa y está haciendo algo para combatir la corrupción... aunque eso, en realidad, a la gente no le importa.
No le importa si (Javier) Duarte sigue en el PRI o no sigue, o si lo expulsó el PRI. A la gente lo que le importa es que no hubiera esa corrupción o, si la hay, que sea castigada... Pero que los expulsen o no del partido es una cuestión muy interna. No impacta mucho.
Lo que tendrían que hacer los priistas para impactar de manera positiva en el ánimo de la gente, estimó, es no incurrir en corrupción, o en todo caso actuar de manera radical y permanentemente contra quienes lo hagan.
(El PRI) debió de haber denunciado y buscado castigar a Duarte y removerlo desde que sabíamos que estaba robando, no hasta el final. Y eso fue hace tres o cuatro años. Ahí es cuando debió actuar, no cuando ya pasó todo. Y luego ya, ante la indignación de la ciudadanía, expulsarlo y perseguirlo. No. Eso no sirve de nada.
Para tratar de cambiar su imagen rumbo a los comicios del 2018, cuando se disputará la Presidencia de la República, dijo, el partido tricolor deberá investigar a los gobernadores actuales de filiación priista.
Tiene que actuar rápido, oportunamente, no esperar a que termine el mandato. Si ya aprendieron la lección, en el momento en que se sepa que alguno de los gobernadores actuales del PRI está incurriendo en lo mismo, ahí es donde tendría que actuar.
No lo hicieron con los Duarte, con (Roberto) Borge... Ahorita para las elecciones (de gobernador en puerta) ya no pueden hacer nada. Ya es demasiado tarde.
