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Hasta 62% de adolescentes en México ha vivido maltrato
El brazo de la ONU explica que impulsa la creación de sistemas en municipios rurales para responder a los altos índices de violencia en contra de los menores de edad.
Entre 55 y 62% de los adolescentes en secundaria en México refieren haber sufrido alguna forma de maltrato en algún momento de su vida, recoge el informe sobre la situación de los menores de edad del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef).
El documento que toma cifras del 2014 exhibe también que siete de cada 10 jóvenes en el país viven violencia en su relación de noviazgo. Puntualiza que en ese año el gobierno federal invirtió en promedio 12,902 pesos por cada menor de edad en el país.
El Unicef recoge que 14.8% del total de Presupuesto de Egresos de la Federación en el 2014 fue asignado a programas destinados a la infancia y la adolescencia. Destaca que, en particular, en el presupuesto para la atención de este sector de la población no existen programas relacionados con el derecho a la participación.
Enfatiza a su vez que cerca de 1% de los recursos identificados en el presupuesto de la infancia se dedica a la protección contra la violencia, abuso y explotación de los menores de 18 años.
El brazo de las Naciones Unidas para la infancia explica que impulsan creación y puesta en marcha de sistemas locales de protección en municipios rurales e indígenas para prevenir y responder a los altos índices de violencia en contra de la niñez y la adolescencia, especialmente de niñas y mujeres. En 2014, estos sistemas de protección local se expandieron a 11 municipios indígenas en Chiapas y se realizó la gestión para que el siguiente año se expandan a Oaxaca.
En el 2014, conjuntamente con la SEP y los gobiernos del Estado de México y Yucatán, realizamos dos encuentros estatales de niñas indígenas, en los que las adolescentes participantes, en talleres, identificaron las barreras que enfrentan en la educación: la falta de profesores que hablen sus lenguas indígenas, la insuficiente infraestructura escolar, la distancia entre sus comunidades y las escuelas y la violencia tanto en la comunidad como en el colegio.
Para el Unicef, las escuelas deben ser siempre espacios de diálogo, participación y aprendizaje, mediante los cuales los niños y niñas puedan desarrollarse y alcanzar su potencial pleno.