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Política

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Jóvenes mexicanas, seducidas por el narco

Cada vez son más las mujeres que participan en concursos de belleza para conquistar a algún capo y de esa manera acceder a una vida de lujos.

Las adolescentes del noroeste de México están siendo deslumbradas por el estilo de vida de las glamorosas "narco esposas", que se pasan el día en salones de belleza, enfundadas en caros atuendos de diseñador, mientras les decoran las uñas con cristales Swarovski.

Cada año, docenas de chicas participan en concursos de belleza en las soleadas colinas del estado de Sinaloa, que atraen a acaudalados narcotraficantes, quienes ocasionalmente eligen a alguna para llevársela a su guarida en las montañas.

Las perspectivas laborales para las chicas sinaloenses son pocas, y conquistar a un prominente narcotraficante es la puerta de entrada a un mundo de riqueza descomunal, con mansiones y vehículos de lujo, sesiones interminables de spa y un guardarropa con las marcas más exclusivas del planeta.

Pero los peligros de vivir cerca del crimen organizado están aumentando, mientras una campaña militar del Gobierno del presidente Felipe Calderón contra el narco detona feroces luchas territoriales y los sicarios olvidan viejos códigos que protegían a las esposas, novias e hijos de sus enemigos.

En un aleccionador recordatorio sobre los riesgos que corren, el "reinado" de la ganadora del concurso Miss Sinaloa llegó a su fin el mes pasado cuando fue arrestada con su novio contrabandista, en una camioneta llena de armas y dinero.

Unos días antes, la ex amante de un capo de la droga fue encontrada muerta dentro del maletero de un coche, con heridas con forma de "Z" -marca del grupo de sicarios de un cártel rival- en los senos, estómago y glúteos.

"Es peligroso involucrarse con esa gente. El riesgo está para cualquier niña bonita", dijo Juan Manuel Alvarado, director de una agencia de modelos, entrevistado en su oficina repleta de trofeos y fotos montadas en marcos con diseños de piel de leopardo, en Culiacán, la capital de Sinaloa.

Los sinaloenses dicen que su llamativa belleza se debe a sus ancestros indígenas que se mezclaron con colonos franceses, alemanes y griegos, y en el estado abundan las historias de narcos cortejando chicas en pequeños pueblos, invitándolas a fiestas en ranchos y hasta secuestrándolas a punta de pistola.

Pero ahora la novedad es que cada vez son más y más las mujeres asesinadas dentro de una guerra que costó la vida a unas 5,700 personas el año pasado en el país.

"Yo nunca les dejo ir a eventos privados, ir a ranchos o dar sus números de teléfono. No les dejo fuera de mi vista", dijo Alvarado, mirando protectoramente a tres de sus modelos.

En las calles, la presencia de los cárteles es obvia en las flamantes camionetas con cristales ahumados y sin placas, las casas de seguridad en la zona, y negocios como clínicas de cirugía plástica y tiendas boutique, que los pobladores locales dicen son usadas para lavar dinero.

Moda narco

Los ejemplos más ostentosos son los mausoleos erigidos en los cementerios en honor de las víctimas de la guerra del narcotráfico.

Con ventanas, aire acondicionado y cuartos para que la familia pueda lamentarse cómodamente, están repletos de retratos gigantes, globos de fiesta y juguetes a escala de los autos y armas favoritos de la víctima.

La riqueza que derraman los capos en la zona, especialmente en comunidades rurales, les ayuda a ganarse el respeto de los sinaloenses mayores, y de los jóvenes que ven en la estética narco, como las botas de piel de avestruz, las gemas de imitación y los pendientes de oro, el último grito de la moda.

En la fotografía que tomó la policía al momento de fichar a la Miss Sinaloa, Laura Zúñiga, una mujer de 23 años con penetrantes ojos negros y torneada figura, se le puede ver usando un juego de aretes Chanel.

Otra belleza sinaloense, Zulema Yulia Hernández, con su voz ronca y hermosa piel, capturó la atención del capo de la droga Joaquín "El Chapo" Guzmán, mientras ambos se encontraban encarcelados en la década de 1990.

Una vez fuera de la cárcel, ella llevó una vida glamorosa trabajando para la banda de Guzmán, el cártel de Sinaloa, pero todo tuvo un horrible final en diciembre cuando fue asesinada y abandonada en un automóvil cerca de la Ciudad de México.

Las heridas con forma de "Z" sugieren que su asesinato fue obra de Los Zetas, sicarios del cártel del Golfo.

"Antes, durante años había códigos, la familia era respetada, pero los están rompiendo. El año pasado vimos muchas más mujeres muertas", dijo el editor de un periódico de Culiacán quien pidió que no se usara su nombre.

"Hay venganzas. Se ajustan cuentas. Una manera de golpear al rival es matar a la mujer que más ama", dijo por su parte Ricardo Ravelo, un veterano reportero especializado en temas del narcotráfico del semanario Proceso.

Los riesgos no impidieron que Emma Coronel, ganadora de un concurso de belleza de 18 años, se casara con Guzmán en el 2007, no mucho tiempo después de que éste escapara de la cárcel donde fue amante de Zulema.

"Caen en el encanto de la idea de que tener un narco significa una nueva vida de lujo", dijo Martín Meza, alcalde de Badiraguato, donde nació Guzmán. "Les dan una vida de reina pero después esas mujeres se vuelven intocables", agregó.

En el lugar abundan las historias de hombres asesinados por coquetear con la novia de algún narcotraficante, o de colegialas aterrorizadas al recibir un arreglo floral caro en sus salón de clases.

"Es bastante difícil decir que no de buena manera, para que te entiendan y evitar que se enojen.

Te da mucho miedo", dijo otra reina de belleza de Sinaloa, quien fue pretendida por un narcotraficante durante meses luego de que ganara un concurso en el 2006.

klm

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