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Política

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La Revolución, el patito feo de las fiestas

La Revolución Mexicana surgió como respuesta a dos grandes problemas: la falta de oportunidades y la desigualdad. A cien años de esa lucha, las diferencias siguen siendo evidentes.

La Revolución Mexicana surgió como respuesta a dos grandes problemas: la falta de oportunidades y la desigualdad. A cien años de esa lucha, las diferencias siguen siendo evidentes, incluso en las fiestas para conmemorar a los héroes y los momentos que nos marcan como nación independiente y democrática.

Emiliano Zapata y Francisco Villa peleaban por el derecho a la tierra, Venustiano Carranza y Álvaro Obregón lo hacían por los derechos laborales, mientras que Francisco I. Madero dio su vida por evitar la hegemonía del poder en manos de un solo hombre. En estas fiestas patrias, los restos de ninguno de ellos fue paseado por las calles como sí lo hicieron con Hidalgo, Morelos y Josefa Ortiz de Domínguez, personajes de la Independencia en 1810.

Este año de conmemoraciones predominan nombres que enaltecen la lucha independiente: Parque Bicentenario, Arco Bicentenario, Festival Olímpico Bicentenario, Circuito Bicentenario y Expo Bicentenario, entre otros; sin embargo, las referencias al Centenario de la Revolución prácticamente desaparecieron o simplemente no entraron en los planes originales de la celebración.

Si bien es cierto que la Independencia logró el objetivo de romper el yugo español, a la Revolución se le tacha todavía de tener adeudos con la historia, principalmente con la búsqueda de la democracia y la llegada de justicia social. A pesar de eso, la lucha revolucionaria dio legitimidad a lo que ahora es México y sin ella no tendríamos hoy dos ejes fundamentales: la Constitución y las instituciones.

Revolución 2010

En este 2010, el derroche de recursos para las fiestas del Bicentenario ascienden a 1,089 millones 600,000 pesos y la desigualdad se nota en la celebración del 15 y 16 de septiembre con lo que habrá este 20 de noviembre.

Pese a que el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio afirmó que las fiestas de la Revolución serían igual de intensas que las de la Independencia, los hechos muestran lo contrario.

El gobierno federal tiene listos varios actos previamente mostrados en septiembre (como el espectáculo multimedia en el Zócalo) pero quien se ha montado en el tema ha sido el Gobierno del Distrito Federal, quien preparó un desfile, actividades culturales y remodeló precisamente el monumento a la Revolución.

Es difícil saber como fueron divididos los recursos para ambas celebraciones, lo cierto es que el gasto ha sido excesivo y ha crecido de forma exponencial.

En 2007 comenzó la planeación de las fiestas y ya se contaba con un presupuesto de 50 millones de pesos. Al siguiente año (2008) se sumaron 541 millones de pesos y en 2009 la cifra se disparó cuando entre febrero y diciembre se abonaron 1,480 millones más.

Para cerrar, en este mismo año se incluyeron 900 millones de pesos extras, dejando en la cajita de los festejos la no despreciable cantidad de 2,971 millones 600,000 pesos.

Algunos rubros donde se ha ido este dinero está en los programas conmemorativos transmitidos por Televisa con un costo de 19 millones 253,000 pesos, el espectáculo multimedia en Palacio Nacional y el Zócalo capitalino con 124 millones de pesos.

Otros apartados donde por cierto no destaca la Revolución Mexicana es el premio al proyecto Monumento Bicentenario del arquitecto César Pérez Becerril que se embolsó 16 millones de pesos, la exhumación de los restos de los héroes de la patria que tuvo un costo de 2 millones 387,000 pesos y hasta la creación del Fideicomiso Bicentenario que se preparó para la conmemoración de los 200 años de la Independencia, para lo que se gastaron alrededor de 700 millones de pesos.

Ahora, si de lado de las autoridades hubo discriminación con la Revolución Mexicana, en la opinión pública las cosas no se quedan atrás. En la encuesta realizada en septiembre por Consulta Mitofsky sobre Conocimiento de la Historia de México, alrededor del Bicentenario, cuatro de cada 10 mexicanos consideraron que la Independencia es más importante para celebrar que el centenario de la Revolución y el 63% de los entrevistados conocen el año de inicio de la lucha independiente, mientras que el 51% conocen la fecha en que inició el periodo revolucionario.

De ésta consulta destacan dos datos que hacen la diferencia, ante la pregunta ¿Qué es más importante festejar: los 200 años de la Independencia o los 100 años de la Revolución? la respuesta fue del 40.4% a favor de la primera y sólo 14.2% de la segunda. El segundo dato que confirma la teoría es ante la pregunta: para usted ¿Cuál es el principal héroe de la historia de México? donde las respuestas fueron en primer lugar para Miguel Hidalgo con 38.5% y el revolucionario mejor colocado fue Emiliano Zapata con 5.5% y Francisco Villa con 5.0%.

Así, con tan abrumadoras respuestas y cifras para ambas celebraciones, podemos concluir que la Revolución Mexicana tiene aún graves adeudos, pero también, instituciones y sociedad tenemos un compromiso para conocer más de ese episodio que, querámoslo o no es parte fundamental del desarrollo que hoy vivimos como país y la mejor forma de conmemorar esta lucha es asumir los compromisos acuñados en ella, hacerlos propios y aprender de ellos para no repetir la historia.

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